Que tres de cada cinco chilenos (62%) votaran contra el texto de la nueva constitución propuesto en el plebiscito del domingo ha sido una sorpresa incluso para expertos como Peter Siavelis.
Sin embargo, este profesor de ciencias políticas y asuntos internacionales en la Universidad de Wake Forest (Carolina del Norte, Estados Unidos) estudioso de Chile advierte que sería un error leer esa votación como el naufragio del proceso de cambio constitucional en el país sudamericano.
MIRA: Chile: 3 factores para entender el rechazo a la nueva Constitución cuando casi el 80% estaba a favor de cambiarla
“La gente quiere una nueva Constitución, pero que sea más representativa de todo el rango de opinión política en Chile”, dice Siavelis en una entrevista con BBC Mundo desde Santiago, a donde viajó para seguir de cerca el plebiscito.
Señala además que el gobierno del presidente chileno Gabriel Boric, quien llegó al poder comprometido con el cambio constitucional tras el estallido social de 2019, es el gran perdedor del plebiscito.
Pero niega que la derecha chilena pueda sentirse ganadora.
Lo que sigue es un resumen del diálogo telefónico con Siavelis, autor de distintos libros sobre política chilena y asesor del Observatorio Nueva Constitución en ese país.
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¿Qué lectura hace de esta derrota para la Constitución propuesta en Chile?
Fue sorprendente en los números finales: que ganara el Rechazo por 62% fue una cosa muy inesperada y contraria a lo que dijeron las encuestas.
Pero este no es el fin del proceso; es el comienzo. Porque en el fondo queda claro que la gente que votó el rechazo quiere una nueva Constitución.
No es un rechazo de una nueva Constitución, sino de este documento.
Eso para mí queda claro hablando con gente y viendo los resultados. Las tendencias de voto son completamente diferentes que en otras elecciones, porque incluso ganó el Rechazo en sectores populares de Santiago, lo que es una sorpresa muy grande.
¿Pero es posible luego de una diferencia tan amplia insistir de inmediato en la necesidad de una nueva Constitución? ¿O es necesario para Chile hacer una pausa y pensar en frío los caminos a seguir?
Hay que empezar inmediatamente porque el ambiente en Chile ahora es que la gente que votó Rechazo quiere que empiece de nuevo el proceso.
Hay que acordarse de que en el primer plebiscito ganó la fuerza para una nueva Constitución por 80%.
Para la derecha, para el presidente, para los sectores de la ex-Concertación hay que empezar de inmediato por el momento político que vive Chile.
El 93% de los 179 plebiscitos constitucionales celebrados en todo el mundo durante los últimos 230 años tuvieron un resultado positivo, de acuerdo a un estudio citado por el diario The New York Times. ¿Qué hizo este texto de Chile tan diferente como para ser una excepción a esa regla?
En este caso la convención constitucional fue muy diferente a otros casos, porque como demandaron los chilenos fue de gente común y corriente.
Entonces tampoco fue gente con mucha experiencia.
Además fue dominado más bien por independientes y la izquierda. No representó el rango completo del pueblo chileno. Ahí radica el problema principal y por qué tuvimos esos resultados.
Creo que cuando empiece el proceso de nuevo va a incluir sectores ideológicos mucho más amplios que antes y se va a producir un documento diferente, a lo mejor más aceptable para la mayoría de los chilenos.
De hecho, el proyecto de Constitución proponía más de un centenar de derechos que habrían pasado a estar garantizados por el Estado chileno. ¿Fue demasiado lejos esta propuesta en términos de los cambios propuestos y demasiado a la izquierda?
Yo diría que sí. No se trata del contenido en sí, porque a pesar de aumentar los derechos, el acceso a salud, educación, jubilación y todo eso, había una responsabilidad fiscal que mucha gente en el rechazo no notaba.
Además en términos del sistema político no era tan diferente a la Constitución de 1980.
Lo diferente en este caso fue el lenguaje y además no había detalles sobre cómo iban a garantizar todos estos derechos que estaban en el documento.
¿Hubo errores de asesoramiento de parte de la convención constituyente y del gobierno al dejar que se propusiera un texto de este tipo?
Absolutamente. Creo que en el fondo había una falta de coordinación entre el gobierno, la constituyente y la misma campaña del Apruebo, errores no forzados que hicieron el proceso muy difícil de aprobar.
Usted decía que todavía hay espacio para un cambio de Constitución en Chile después de este plebiscito. Pero,¿habría que insistir con una Convención constituyente o ese sería un riesgo grande?
En los discursos de la campaña del Rechazo hicieron concesiones y dijeron que ellos entienden que hay garantías para empezar el proceso para una nueva Constitución.
Creo que el camino va a ser una combinación: tomar algunas cosas que existían en el documento borrador sobre paridad, garantías para la salud, educación o jubilación, pero con más detalles y con un proceso un poco más profesional.
Tal vez se combine con la Constitución vigente y también con el proceso de reforma propuesta en el gobierno de Michelle Bachelet en 2017, convocando a cabildos abiertos y reuniones de ciudadanos para hablar de lo que quieren, ahora dentro de un cuerpo más profesionalizado.
¿La nueva constitución debe buscarse por un camino diferente?
Sí. Este proceso va a seguir adelante, ojalá tomando en cuenta los errores del proceso que terminó.
Chile parece estar ahora en una suerte de limbo: votó hace dos años a favor de adoptar una nueva constitución y ahora rechazó la constitución propuesta. Es una situación bastante particular…
Muy particular. Le estaba comentando a unos amigos que los chilenos parecen muy esquizofrénicos, mandando mensajes distintos a cada rato, pero realmente no es así.
La gente quiere una nueva Constitución, pero que sea más representativa de todo el rango de opinión política en Chile.
Así que es un limbo, pero va a ser un limbo bastante corto.
Todos los sectores políticos han dicho que van a empezar a trabajar de inmediato en un proceso para redactar una nueva Constitución.
Boric se comprometió a comenzar el nuevo proceso este lunes. Confío en que avanzará rápido.
¿Pero observa un riesgo de que la decisión sobre qué camino seguir se dilate en el tiempo?
Sí. Creo que al final Chile va a tener una nueva Constitución. Pero los ejemplos internacionales de reformas en tiempos de paz, como el de Islandia, muestran que puede que no pase nada. O sea, que se pierda el impulso o que se llegue a un bloqueo y no puedan seguir adelante.
¿Boric y su gobierno son los principales derrotados por el resultado del plebiscito?
Absolutamente sí.
¿Y la derecha chilena puede sentirse ganadora?
Absolutamente no.
¿Por qué?
Viendo los resultados, hay áreas populares de la región metropolitana de Chile que son tradicionalmente de izquierda y votaron por el Rechazo. No creo que votaran a favor de la derecha; simplemente votaron en contra de ese documento.
¿Podría aumentar la conflictividad en Chile tras esta votación?
Estaba un poco preocupado por lo que iba a pasar en la noche (del domingo). Pero parece que ha sido un proceso pacífico, el Apruebo ha aceptado los resultados y ha hecho un llamado a la calma.
Siendo optimista, creo que está el sendero claro para seguir adelante y empezar a conversar sobre una nueva constitución y un nuevo proceso para llegar a ella.
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