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El presidente electo de Uruguay, Tabaré Vázquez, ya sabe lo que es recibir la banda presidencial, pues fue mandatario desde el 2005 hasta el 2010. Pero ésta es la primera vez que sucederá a un jefe de Estado de su propio partido.
Vázquez, que venció al candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, con un 53% de los votos, asumirá por segunda vez como presidente en marzo del 2015.
Hasta entonces tendrá tiempo para reflexionar sobre la herencia que le deja su compañero del Frente Amplio, José Mujica, el legado positivo y las deudas pendientes en el balance.
Muy probablemente Vázquez se sentirá aliviado por recibir una economía en buen estado de salud, con un crecimiento anual en torno al 3%, desempleo del 6,7% y 11 años seguidos de expansión.
Además, su país está en boca de muchos en el resto del mundo. Uruguay se ha convertido en el Estado de moda para muchas publicaciones extranjeras, como la revista británica The Economist o el popular sitio online Buzzfeed, sobre todo por la atracción que el exterior ha sentido por el estilo sencillo y poco dado al protocolo de José “Pepe” Mujica.
Pero también por leyes que han llamado la atención fuera, como la que regula el mercado de la marihuana, la del aborto o la del matrimonio entre personas del mismo sexo, que hicieron que muchos rebautizaran a Uruguay como “el país más progresista” de América Latina.
En la parte positiva del balance, Vázquez también se encontrará con una nueva universidad pública en el interior –la UTEC, que echará a andar previsiblemente bajo su mandato- y con acuerdos de Estado para fomentar las energías renovables y reducir la dependencia energética de Uruguay.
Pero no todo son regalos. Vázquez también tendrá que desarrollar algunas políticas aprobadas por su antecesor, algunas polémicas, pero que aún no han quedado resueltas.
1. EDUCACIÓN Y SEGURIDAD
Estas son las principales preocupaciones de los uruguayos y los temas que dominaron la campaña electoral.
Por un lado, los resultados de Uruguay en la última prueba PISA, una evaluación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que mide los niveles educativos de jóvenes de 15 años en 65 países, fueron los peores desde el 2003.
El país ha sufrido en los últimos años paros docentes y altas cifras de repetición, que en algunos colegios secundarios alcanzaron más del 57,4% de alumnos no promovidos.
Hasta el punto que el propio Mujica ha reconocido que éste fue uno de los fracasos de su gestión.
Para reflotar el antaño prestigioso sistema educativo uruguayo Vázquez propone “becas o bonos” que permitan a los alumnos de colegios administrados por el Estado continuar su escolarización en establecimientos gestionados por privados.
Además, propone sistemas de apoyo para los alumnos, fortalecer la autoridad del Ministerio de Educación y dar mayor asistencia en la transición de la Primaria a la Secundaria.
Por otro lado, en el país existe una creciente sensación de inseguridad, aunque las estadísticas sugieren que Uruguay se mantiene como uno de los países más seguros de Sudamérica.
La tasa de homicidios es de ocho por cada 100.000 habitantes y el número de asesinatos se redujo en el último año, según el gobierno de Mujica. Eso sí, está entre los cinco países con más robos, según datos de Naciones Unidas, y éstos aumentaron en un 10% en el último año en la capital.
El presidente electo apuesta por seguir las políticas del actual gobierno en materia de seguridad, “tratando de dignificar la función de la policía, la reducción del hacinamiento carcelario y el apoyo a las víctimas”.
2. LLEGADA DE PRESOS DE GUANTÁNAMO
El todavía presidente de Uruguay, José Mujica, anunció en marzo que su país acogerá temporalmente a cinco presos que serán enviados desde la prisión de la base estadounidense de Guántanamo, en la isla de Cuba.
El anuncio tomó por sorpresa al país. La llegada de los presos está prevista para los próximos meses, aunque Mujica aseguró que no tomaría una decisión al respecto hasta pasado el balotaje.
Se trata de una medida polémica y cuestionada por la oposición, que la interpreta como una sumisión al gobierno de Estados Unidos.
Por otro lado, Tabaré Vázquez aseguró que entiende a quienes se oponen a la llegada de presos, pero no comparte el temor de quienes creen que podría poner en peligro a los uruguayos.
“Tienen preocupaciones lógicas. Yo las tuve y las pude evacuar. La seguridad que me dio la embajadora es que no son personas de peligro”, aseguró.
3. JUICIO CON PHILLIP MORRIS
Tabaré Vázquez, médico oncólogo de profesión, hizo de la lucha contra el tabaquismo una de sus banderas durante su primer mandato.
Tanto que en el 2006 entró en vigor bajo su mandato una prohibición para fumar en espacios públicos cerrados, con lo que Uruguay se convirtió en el quinto país del mundo “libre de humo”.
También ese año aparecieron las primeras y llamativas advertencias sanitarias sobre las consecuencias de fumar.
En el 2009 estas advertencias llegaron a cubrir por ley el 80% de los paquetes, más que en ningún otro país. Y desaparecieron de las cajas palabras como “light” o “mentolado” o “gold”, dejando una sola presentación por marca de tabaco.
Pero estas dos últimas medidas enfrentaron al estado uruguayo con el gigante tabaquero Philip Morris, que las considera un ataque a los inversionistas y que llevó el caso hasta el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (o CIADI), un organismo dependiente del Banco Mundial, se declaró competente para decidir sobre una demanda presentada en 2010 por la empresa.
Se espera que en el 2015 haya novedades sobre el litigio.
4. LEY DE LA MARIHUANA
Una de las apuestas políticas de Mujica que más controversia causó dentro y fuera del país fue la de la regulación del cultivo, distribución y venta de la marihuana, aprobada en diciembre de 2013 aún con la oposición de la mayoría de los uruguayos.
Casi un año después de que se sancionara la norma, aún no se conocen algunos aspectos de su aplicación, como los puntos de venta de la marihuana.
Tabaré Vázquez se ha mostrado poco receptivo a la idea original de ofrecerla en farmacias.
“Es increíble, pero si la ley lo autoriza así será”, dijo.
“Vamos a ver muy atentamente qué resultados da eso. Va a haber una evaluación muy estricta y muy de cerca sobre el impacto que tenga en la sociedad esta ley. Lo vamos a analizar con mucho cuidado. Y si en algún momento vemos que no funciona, no dudaremos un instante en hacer las correcciones necesarias”, añadió.
Sin embargo, se mostró dispuesto a buscar alternativas a la tradicional guerra a las drogas llevada a cabo en otros países de América Latina:
“La ley está ahí y habrá que manejarse con ella. No hay que perder de vista que las políticas que se aplicaron en todo el mundo para enfrentar al narcotráfico fracasaron. Hay que intentar alguna cosa”.