Los devotos hacen los últimos retoques a sus máscaras. Los diablos tienen que salir a las calles de Naiguatá, Venezuela. Con campanas, tambores y bailes, ellos representan al demonio que tienta al hombre.
Es así como este pueblo costero del estado venezolano de Vargas celebra el jueves de Corpus Christi, que este año ocurrió el 4 de junio, representando al diablo que al final se rendirá ante el santísimo sacramento.
De esta forma los devotos pagan promesa y reafirman su fe en la iglesia católica.
“Se paga promesa ante el santísimo sacramento desde la cruz, hasta la puerta de la iglesia, para rendirle tributo a todas las gracias que le hemos pedido, por concedernos nuestras cosas, que le pedimos, por salud, por nuestros familiares, por nuestros difuntos que ya se fueron”, dice la devota Karla Pérez.
Los Diablos Danzantes del Corpus Christi, declarados desde 2012 Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, es una fiesta religiosa de raíces españolas, indígenas y africanas que se celebra en varias comunidades venezolanas y simboliza el triunfo del bien sobre el mal.
Fuente: AFP