Después de casi dos horas esperando en la puerta de la Fiscalía, la líder estudiantil Gabriela Arellano animó a los miles de manifestantes que la acompañaban en la protesta a que se retiraran. Pero llegó la violencia: tres personas murieron en Caracas.
Arellano, consejera universitaria de la Universidad de los Andes, le dijo a BBC Mundo que los disturbios empezaron cuando gran parte de los movilizados se habían retirado entre rumores de la llegada de radicales oficialistas conocidos como “colectivos”.
“Era una manifestación pacífica, pero lamentablemente los grupos armados que lidera el gobierno enlutaron el día”, asegura Arellano, estudiante de Historia de 26 años, al tiempo que dice tener videos de vecinos que demuestran lo sucedido.
Arellano, junto a miles de ciudadanos de a pie y representantes políticos de oposición, había llegado a la puerta del Ministerio Público para exigir la liberación de los estudiantes detenidos la semana pasada en las protestas contra la inseguridad organizadas en diferentes ciudades del país.
Pero para el gobierno, son un grupo de fascistas intentando un golpe de Estado al estilo del abril de 2002, cuando el entonces presidente, Hugo Chávez, fue depuesto por 48 horas tras los episodios violentos registrados en los alrededores del Palacio de Miraflores.
HISTÓRICOS DE LA PROTESTALos universitarios venezolanos han sido históricamente la vanguardia de las protestas callejeras e incluso muchos de sus líderes han llegado a puestos de poder.
Así fue con el cese de emisiones de Radio Caracas Televisión en 2007 durante la presidencia de Chávez, cuando fueron los universitarios los que lideraron las protestas.
En efecto, cada vez que ocurren cambios políticos, están presentes, como por ejemplo durante la Generación del 28, de donde surgieron líderes universitarios como el expresidente Rómulo Betancourt, enfrentado en ese momento al régimen de Juan Vicente Gómez.
Luego, las protestas estudiantiles que llevaron al derrocamiento del gobierno de facto de Marcos Pérez Jiménez en 1958, además de su presencia casi constante en las protestas populares que siguieron durante el periodo de alternancia entre los partidos Acción Democrática y Copei.
“En la historia de Venezuela, el estudiantado es la vanguardia, la conciencia de la sociedad pisoteada y oprimida. Hoy el gobierno es un partido que lleva 15 años en el poder, pero en tiempos pasados la universidad igual ha sido siempre contestataria y crítica ante los abusos”, dijo Arellano.
¿DE OPOSICIÓN?Daniel Martínez, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Simón Bolívar, explicó que las protestas de estas últimas dos semanas se deben a la inseguridad que padecen los centros académicos.
Pero lo que había empezado después de un intento de violación de una estudiante, ha ido creciendo hasta convertirse en manifestaciones multitudinarias con claro tinte antigubernamental.
“Las protestas se intensificaron porque detuvieron y reprimieron a estudiantes que se manifestaban pacíficamente. Los metieron presos en menos de 24 horas”, agregó Martínez, estudiante de Arquitectura de 23 años.
En la Confederación de Estudiantes dicen que doce de los universitarios permanecen bajo arresto en cárceles, trasladados a centenares de kilómetros de sus domicilios, tratados como delincuentes comunes y acusados incluso de actos de terrorismo y otros cargos.
“Quien menos tiene, paga una condena de 14 años”, dijo Arellano.
A los llamamientos de los estudiantes se han sumado determinados sectores de oposición, en especial Leopoldo López, exalcalde de Chacao y líder del partido Voluntad Popular.
Y si bien los estudiantes reconocen que, incluso por la naturaleza contestataria de su rol en la sociedad, se oponen al gobierno de Maduro, rechazan ser considerados “de oposición”.
“Los estudiantes son oposición al status quo, los estudiantes siempre buscamos que las cosas sean mejores, pero eso no significa que seamos la voz de los partidos de oposición, no somos de un partido político. Somos la voz de un país que pide cambio”, dijo Martínez.
“Nos oponemos a la violencia que viene del gobierno. Nos oponemos a la manera en que este gobierno maneja las universidades. Nos oponemos a la manera en que este gobierno hace muchísimas cosas que hace que los venezolanos estemos día a día sufriendo”, agregó.
¿QUIEREN TUMBAR AL GOBIERNO?El presidente Nicolás Maduro acusó a quienes participaron el 12 de febrero en la protesta de haber buscado provocar un golpe de Estado y reiteradamente los ha tachado de “fascistas”.
“No somos golpistas, lo que somos y representamos es el cambio que este país necesita. Hablan de revolución pero hacen lo mismo que gobiernos anteriores. Hablan de revolución y el país está cada vez peor. Los verdaderos revolucionarios somos los estudiantes que sí queremos transformar este país”, afirmó Martínez.
“Siempre que se sale a protestar por un derecho, el gobierno sale con el discurso de que 'sufrimos un golpe de Estado' o que 'se está fraguando una agenda oculta para desestabilizar'. Desestabilizada está la sociedad venezolana que vive en miedo y en colas”, respondió Arellano.
La dirigente estudiantil aseguró que “si el gobierno hace las cosas bien, el pueblo regresará a sus casas”. “Ni soy fascista, ni soy golpista. Simplemente soy una estudiante que quiere hacer su vida en este país y quiere evitar estar despidiendo compañeros por balas perdidas en la calle por la inseguridad”.
“Pero si el gobierno en lugar de dar respuesta a las exigencias agudiza la criminalización, la persecución y las torturas, obviamente tendrá mucho más pueblo en la calle”, agregó.
Arellano también se desmarcó de los partidos políticos. “El movimiento político tiene su responsabilidad de asumir su dirección y convocatorias. Esta iniciativa de calle, de lucha, de resistencia, está enmarcada en el respeto a la Constitución”, dijo.
“Nuestro llamado es por la inseguridad. En Venezuela, nos matan constantemente y nadie rinde cuentas. En Venezuela, la realidad de un joven es que o se despide de sus amigos en el cementerio o en el aeropuerto por la falta de oportunidades”, agregó.
“Le exigimos al gobierno que mida sus políticas y le dé seguridad y oportunidad a toda la juventud. Eso es lo que nos mueve a estar en la calle”.