Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se estrena este 1 de diciembre como el presidente con mayor respaldo electoral en la historia reciente de México.
Pero sectores en el país creen que esto puede causar problemas: no parece existir un contrapeso a la fuerza política de AMLO y sus aliados.
La coalición Juntos Haremos Historia que postuló a AMLO obtuvo la mayoría en el Senado y la Cámara de Diputados, así como en 19 congresos locales en las elecciones de julio de este año.
Los principales partidos adversarios, el Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), enfrentan las crisis más profundas de su historia.
En este escenario, advierten especialistas, es alta la posibilidad de que se adopten decisiones controvertidas o de forma unilateral.
Algunas, de hecho, ya causaron sacudidas en los mercados financieros, como la propuesta de regular el cobro de comisiones bancarias o el proyecto de una nueva ley minera.
El anuncio de estas enmiendas provocó, en parte, un aumento en el precio del dólar y la mayor caída en tres años en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Esto confirma la necesidad de una oposición real al próximo presidente, opina Juan Pablo Galicia, coordinador de la escuela de Ciencias Políticas en la Universidad Modelo de Mérida, Yucatán.“El próximo presidente de la República necesita contrapesos”, dice el politólogo a BBC Mundo.“De otro modo vamos a tener una clase política que, independientemente de la postura ideológica que defienden, no están acostumbrados a que todas sus acciones y decisiones son importantes para la salud financiera del país”.
Nuevos opositores
Por la crisis de los partidos políticos empieza a surgir una nueva oposición a AMLO, como se conoce en México al presidente electo.
Organizaciones empresariales como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) aseguran que no aceptarán decisiones del nuevo gobierno que causen inquietud en la economía.
“En el sector privado esperamos que no se siga dilapidando la confianza”, dice Gustavo de Hoyos, presidente del organismo.
“Si se vulnera la certidumbre, la desconfianza es un mal compañero para el inicio de un gobierno”.
La Coparmex, por cierto, es uno de los grupos empresariales que cuestionaron a AMLO en las tres ocasiones que fue candidato presidencial.
No es el único. Decenas de organizaciones y activistas también están en desacuerdo con la idea de AMLO de proponer al Congreso el nombramiento del nuevo Fiscal General de la República (FGR).
Se trata de un organismo autónomo para sustituir a la actual Procuraduría General de la República (PGR), que forma parte del gabinete presidencial.
El movimiento opositor se conoce como “Fiscalía que sirva” y busca que la FGR sea realmente autónoma y que virtualmente “comience desde cero”, como señala en un comunicado.
Si el nuevo presidente propone al fiscal, aunque finalmente sea elegido por el Congreso, pone en riesgo la autonomía del organismo, advierten los activistas.
Así, empresarios, organizaciones civiles y algunos intelectuales y periodistas serán parte de la oposición al próximo gobierno, señala el politólogo Galicia.
“Cada vez es más visible, es una oposición que está en la sociedad civil, en algunos medios de comunicación”, explica.
Un movimiento político ajeno a los partidos, los que además de su crisis interna se resisten a adoptar una posición radical hacia el nuevo gobierno.
En ese escenario “los personajes de la oposición social se radicalizaron”.
La oposición real
¿Qué tan efectiva va a ser esta oposición? No está claro, coinciden especialistas.
Las críticas en redes sociales y medios tradicionales, e incluso algunas protestas en las calles no impidieron decisiones polémicas en el Congreso, donde el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados tienen amplia mayoría desde los últimos comicios.
Morena es el partido que AMLO fundó hace cuatro años.
Y es que ese movimiento no tiene la fuerza para enfrentar a un personaje con el respaldo de AMLO, explica Julio Serrano Espinosa, académico del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
“Con el poder que tiene el presidente electo es difícil que en el corto plazo surja en México un contrapeso real”, dice a BBC Mundo.
“El único es quien tiene una fuerza mayor a cualquier contrapeso interno, y esos son los mercados internacionales, como se hace sentir en los últimos días”.
Es, hasta ahora, uno de los pocos elementos que han logrado frenar algunas iniciativas e incluso cambiar la opinión de AMLO.
Un ejemplo pareció ser la propuesta del coordinador de Morena en el Senado, Ricardo Monreal, de una ley para reducir las comisiones bancarias.
A pocas horas del anuncio el precio en las acciones de algunos bancos en la BMV se desplomó, como ocurrió con Banorte, que perdió 30% de su valor.
AMLO dijo que no está de acuerdo en modificar la regulación bancaria del país.
Fue un intento por contener la crisis, dicen los especialistas, pero también une muestra del escenario en el país al inicio del nuevo gobierno.
Los grupos empresariales, activistas, comunicadores y medios “muestran cierta oposición”, afirma Serrano Espinosa.
“Pero ni remotamente tienen el peso de los fondos e inversionistas internacionales. Si se devalúa el peso o se cae la bolsa son cosas que sí llaman la atención del presidente electo”.
“Cuando ha reaccionado el nuevo gobierno es cuando se presentan estas llamadas de atención del mercado internacional”.