“Ahí te dejo un regalito en mi refinería”, decía el mensaje dirigido al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Un artefacto explosivo fue colocado el jueves en el interior de una vieja camioneta frente a la refinería de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la ciudad de Salamanca, estado de Guanajuato, en el centro del país.
Cerca del vehículo, un mensaje del autodenominado “cártel de Santa Rosa de Lima” daba un ultimátum al presidente para que detenga los operativos contra el “huachicoleo”, como se le dice en México al robo de combustibles.
“López Obrador, te exijo que saques a la Marina, Sedena (ejército) y fuerzas federales del estado (Guanajuato), si no te voy a empezar a matar gente inocente”, decía el mensaje en una manta.
“Atente a las consecuencias”, remataba, con un “atentamente” de su líder, Antonio Yépez, “El Marro”.
-
La amenaza del grupo, uno de los dos que se disputa el control del robo de combustibles en Guanajuato, es la primera que recibe López Obrador desde que asumió hace dos meses la presidencia.
Su gobierno sostiene un plan de combate al “huachicoleo” en el que participan elementos de la Marina, el Ejército y la Policía Federal.
Uno fue el de San Salvador Torrecillas el 29 de enero en el que la Marina decomisó cerca de 8.000 litros de gasolina robados y 40 camiones tanque que usaba el cártel de Santa Rosa de Lima.
Luego de eso vino la amenaza y el abandono del explosivo en la refinería de Salamanca que el grupo le dice “mi refinería”.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) informó a la prensa este viernes que el artefacto “fue destruido con todas las medidas de seguridad por personal militar”.
- El grupo de Santa Rosa de Lima -Desde hace un par de años, el grupo de Santa Rosa de Lima mantiene una disputa con el cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) por el robo de combustibles en Guanajuato.
Por este estado pasan ductos de transporte de combustibles procedentes de la refinería de Salamanca, la segunda con más producción de las seis que tiene México.
“Santa Rosa de Lima es una de las organizaciones más rentables de la extracción y robo de combustibles”, le explica el analista de seguridad Víctor Sánchez a BBC Mundo.
-
“No se trata de una organización gigantesca, pero sí en el plano de lo local es una organización poderosa, con control de la zona gracias a redes de corrupción y raigambre con las comunidades que los protegen”, señala el investigador.
A pesar de que se hace llamar “cártel”, no lo es propiamente, indica Sánchez, pues se trata de una sola banda criminal cuyo poder no se equipara a los grandes “huachicoleros” como el CJNG, Los Zetas o el cartel de Sinaloa.
Pero sí se trata de una de las dos bandas del robo de combustible más grandes del país, junto a la de Sangre Nueva Zeta que opera en el llamado “triángulo rojo” del estado de Puebla.
El nombre de Santa Rosa de Lima fue adoptado por una pequeña localidad del territorio que domina el grupo, el cual incluye los alrededores de las ciudades de Salamanca, Celaya, León y Guanajuato.
“Se lo está disputando con el CJNG. Y esa disputa entre esas dos organizaciones y el propio gobierno ha hecho que Guanajuato haya crecido los homicidios en 120% del 2017 al 2018”, apunta Vázquez.
- ¿Quién es “El Marro”? -José Antonio “El Marro” Yépez es el líder de la banda Santa Rosa de Lima.
Se sabe que perteneció al cartel de Los Zetas, el cual al haberse fragmentado por la captura de líderes en la última década se convirtió en una “célula” que optó por el robo de combustibles.
“La ventaja de esta célula es que encontró una fuente de ingresos estable y que le permitía financiar su expansión”, explica Vázquez, quien ha publicado diversos artículos sobre la situación de Guanajuato.
En el 2008 fue detenido por los delitos de robo y delincuencia organizada, este último considerado delito federal, pero logró su libertad al poco tiempo por faltas al debido proceso.
Ahora es uno de los hombres más buscados por las autoridades.
- Amenaza a López Obrador -Luego de conocerse el mensaje amenazante hacia López Obrador, el presidente de México descartó reforzar su seguridad personal, a pesar de las recomendaciones de sus partidarios y de la oposición.
Desde que asumió el gobierno, AMLO disolvió el cuerpo de guardias presidenciales y en sus actos públicos solo se auxilia por un grupo de civiles.
“Vamos a continuar de la misma manera. El que lucha por la justicia no tiene nada que temer”, dijo este viernes al ser preguntado por la prensa sobre el mensaje del grupo Santa Rosa de Lima.
“No vamos nosotros a caer en ninguna provocación. No vamos a hacer caso a ningún acto de intimidación. Tenemos nuestra conciencia tranquila”, se defendió.
Aunque los mensajes intimidantes por parte de grupos criminales -conocidos como “narcomantas”- han sido frecuentes en México, no se habían acompañado con explosivos.
Esta es una amenaza diferente y la primera contra López Obrador en sus 60 días de gobierno.
“Es un grupo que tiene una amplia capacidad operativa en este corredor. Puede hacer daño a la sociedad y a las autoridades y trabajadores de Pemex”, opina Víctor Sánchez.
“Que ello se pueda traducir en un ataque al presidente, lo dudo mucho”.