Ginebra. Las conversaciones entre Marruecos, el Frente Polisario, Argelia y Mauritania empiezan este miércoles en la sede de la ONU en Ginebra, con el objetivo de reanudar las negociaciones sobre el territorio de Sáhara Occidental, estancadas desde 2012.
Presentada por la ONU como un “primer paso hacia un proceso renovado de negociaciones de cara a alcanzar una solución justa, duradera y mutuamente aceptable que permita la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental”, esta reunión, en forma de “mesa redonda”, se augura difícil, pues cada bando está atrincherado en su posición.
El expresidente alemán Horst Köhler, al cargo de este dosier desde 2017, espera al menos “iniciar un nuevo capítulo en el proceso político” para encontrar una solución para ese territorio, el último del continente africano que no tiene ningún estatus poscolonial.
En una declaración publicada el martes, el portavoz del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, señaló que este último insta a todas las partes a “comprometerse en las discusiones [...] sin condiciones previas y con un espíritu constructivo”.
El Polisario, que proclamó en 1976 una República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reclama que se organice un referéndum de autodeterminación para poner solución al conflicto, que estalló cuando se fueron los colonos españoles.
Marruecos controla de facto el 80% de ese territorio desértico de 266.000 km2 y trata como a una provincia más a esa la región, dotada de unos mil kilómetros de litoral de pesca abundante y un subsuelo rico en fosfatos.
Rabat, cuya delegación en Ginebra estará encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores, Nasser Bourita, rechaza cualquier solución distinta a una autonomía bajo su soberanía, alegando la necesidad de preservar la estabilidad regional.
A la espera de una solución, entre 100.000 y 200.000 refugiados -según fuentes, a falta de un censo oficial- viven en condiciones precarias en los campos cerca de la ciudad argelina de Tinduf, a 1.800 km al suroeste de Argel, cerca de la frontera con Marruecos.
El último ciclo de negociaciones, auspiciado por la ONU, se remonta a marzo de 2012 y condujo a un estancamiento por los con continuos desacuerdos entre Marruecos y el Polisario sobre el estatus del territorio y la composición del electorado para el referendo de autodeterminación.
El orden del día, no obstante, es bastante vago: “situación actual, integración regional, próximas etapas del proceso político”, según la ONU.
La idea es no meter “demasiada presión y expectativas” en esta primera sesión, considerada como un “calentamiento” para “romper el hielo”, indicó una fuente diplomática próxima al caso, que recordó las malas relaciones entre Argel y Rabat.
-'Nueva dinámica'-
La reciente reducción de doce a seis meses del mandato de los cascos azules de la Minurso, encargados sobre todo de vigilar el alto el fuego, se enmarca en la “nueva dinámica” creada por el nombramiento de Köhler, considera Mhamed Khadad, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Polisario y miembro de la delegación en Ginebra.
La duración de seis meses fue votada en el Consejo de Seguridad por las presiones de Estados Unidas, primero en abril y luego en octubre, por el coste del dispositivo desplegado para un proceso de paz que no avanza.
“Es positivo que se lleven a cabo estos diálogos. Pero será difícil que se produzcan progresos reales. Hasta la fecha, las acciones de Marruecos han dado claramente la impresión de que no va a Ginebra para negociar”, indicó a la AFP Nour Bakr, de un grupo consultor diplomático que asesora al Frente Polisario.
Partidario de una solución política “duradera” basada en el “espíritu de compromiso”, Marruecos no transigirá sin embargo sobre su “integridad territorial” y sobre el “carácter marroquí del Sáhara”, como declaró el rey, Mohamed VI, en un discurso reciente.
Argelia, principal apoyo del Polisario, asistirá a Ginebra “como Estado vecino” para defender una “negociación directa, franca y leal” entre Marruecos y el Polisario, en aras de una “solución definitiva”.
Fuente: AFP