Al menos 75 personas murieron el miércoles en numerosos ataques con bombas y enfrentamientos armados en Iraq, dijeron fuentes policiales y hospitalarias, en una de las jornadas más sangrientas de los últimos meses en el convulsionado país.
En el ataque más letal, una bomba estalló durante la celebración de un funeral, donde los asistentes conmemoraban la muerte hace dos días de un miliciano sunita partidario del Gobierno. La explosión dejó 18 muertos y 16 heridos en Shatub, una localidad al sur de Baquba.
En el noreste del país, atacantes hicieron explotar bombas al costado del camino cerca de un puente en Ain al-Jahash, 60 kilómetros al sur de Mosul, en un hecho que dejó seis soldados muertos y ocho heridos.
Hombres armados mataron a siete camioneros, secuestraron a dos y prendieron fuego a tres en el distrito de mayoría chiita de Maamil, en las afueras de Bagdad, dijo la policía.
Dos años después de que las tropas estadounidenses dejaron Iraq, la violencia se ha elevado hasta sus mayores niveles desde el derramamiento de sangre entre sunitas y chiitas en el período 2006-2007, cuando murieron decenas de miles de personas.
La violencia llega en pleno enfrentamiento entre el Ejército iraquí y extremistas sunitas que hace más de dos semanas irrumpieron en la ciudad de Faluya, al oeste de Bagdad, en desafío al Gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki.
Los militantes están liderados por el Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS), un grupo vinculado con Al Qaeda que está combatiendo en el oeste de Iraq y en Siria para establecer un territorio islámico propio en la zona fronteriza.
“La batalla será larga y continuará”, dijo Al Maliki en la televisión estatal el miércoles.
“La lucha contra Al Qaeda y sus grupos afines se debe desarrollar de forma simultánea en todos los países donde se encuentran las organizaciones vinculadas a Al Qaeda, como Siria, Egipto, Iraq, Líbano o Afganistán”, sentenció.
“Si nos mantenemos callados, eso implica la creación de pequeños estados del mal que minarían la seguridad en la región y en el mundo”, agregó.
Atacante suicida
Al menos ocho coches bomba explotaron en la capital iraquí el miércoles, la mayoría en distritos chiitas, dejando 40 muertos y 88 heridos, dijeron médicos y la policía.
En tanto, otro coche bomba explotó en Dujail, un pueblo chií ubicado a 50 kilómetros al norte de Bagdad, causando la muerte de tres personas e hiriendo a otras siete.
Simultáneamente, decenas de militantes irrumpieron en una estación de policía en Saqlawiya, cuyos ocupantes se rindieron. Helicópteros atacaron la comisaría, pero no pudieron desalojar a los militantes.
Los hombres armados se retiraron hacia Faluya, utilizando el corredor que el Ejército había dejado para la salida de civiles.