Kuddupur. En medio de las plantaciones de trigo de la aldea de Kuddupur, en el norte de la India, decenas de hombres en motocicleta entran por la puerta trasera de un alejado cobertizo con un único fin: buscar consejo contra los ataques de radicales y policías por ser cristianos en el país del hinduismo.
Todos ellos son pastores de iglesias cristianas del distrito de Jaunpur, en el estado de Uttar Pradesh, la zona con mayores incidencias de violencia en intimidación contra cristianos, que durante los últimos cuatro años han visto incrementar los peligros contra su fe.
Dentro del cobertizo que sirve de iglesia hay un precario salón, donde el medio centenar de religiosos se reúne bajo la tenue luz de una bombilla para organizarse frente a los ataques de los extremistas hindúes que cada vez con más frecuencia tocan a las puertas de las congregaciones para golpear a los pastores y feligreses, cerrar los templos y destruir sus propiedades.
La persecución de cristianos en la India, que este año entró por primera vez en la lista de uno de los 10 países más peligrosos para profesar esta religión, según la organización internacional Puertas Abiertas, avanza silenciosamente en las zonas rurales.
Con 65 millones de seguidores, los cristianos en la India representan apenas el 5 % de los 1.250 millones de habitantes de esta nación en la que los hindúes suponen casi el 80%.
A finales de enero, en el servicio del pastor Khant Khawar, una veintena de hombres llegó a la iglesia acusándole de tratar de convertir a la fuerza a los miembros hindúes de la comunidad e intentaron conseguir la confesión del líder de la congregación.
“Comenzaron a golpearnos diciendo que estábamos convirtiendo a la gente a la fuerza. Destruyeron los muebles y nos amenazaron”, cuenta durante la reunión Khant, que dice que sobrevivió al ataque porque los feligreses formaron un escudo humano a su alrededor.
“¿Llamaste a la Policía?”, pregunta uno de sus compañeros, esperanzado en la protección de las autoridades.
“Sí, pero llegaron una hora después”, responde Khant para quien la demora de los oficiales se debió a un deliberado retraso para permitir que fueran golpeados libremente.
Khant, que ahora trata de arrancar el miedo de sus hermanos de iglesia para que vuelvan al servicio de los domingos, acabó preso el día del ataque tras ser acusado por sus vecinos de “conversión forzada”.
Desde entonces, ha mantenido cerrada su iglesia por orden de las autoridades, a la espera de un permiso que requiere de la firma de los miembros de su congregación en la que admitan que son cristianos, algo que, dice, es cada vez más difícil de conseguir.
Organizaciones civiles han denunciado además la inacción de las autoridades frente a la violencia contra los cristianos alentada, aseguran, por el gobierno del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata (BJP), del primer ministro indio, Narendra Modi.
Según el informe de Puertas Abierta 2019, al menos 12.500 cristianos y 100 iglesias fueron atacados en la India el año pasado.
“Al menos 200 personas han sido arrestadas únicamente por su fe. Sin embargo, muchos incidentes no están documentados, por lo que las cifras reales podrían ser mucho más altas”, sostiene el reporte publicado en enero.
De acuerdo a los datos de la Alianza para la Defensa de la Libertad (ADF), durante el primer trimestre del año se han registrando un promedio de 30 incidentes violentos contra cristianos cada mes, siendo Uttar Pradesh el estado con más casos.
Ese alejado salón en el que se reúnen con frecuencia los pastores fue de hecho una de las congregaciones atacadas.
En ocho estados de la India, entre los que no se incluye Uttar Pradesh, existen duras leyes para regular las conversiones, sin embargo los ataques se producen en todo el país.
Sacerdotes y pastores han sido procesados o intimidados por haber entregado biblias, practicado bautismos, cantado villancicos, u ofrecido alimentos a los pobres, unos gestos que son vistos por los extremistas como una manera fácil de “persuadir” a la conversión.
Sin embargo, ninguna corte ha probado todavía conversiones forzosas cometidas por los cristianos, “por lo que la pregunta es ¿por qué estas leyes son necesarias?”, se pregunta el director de desarrollo de ADF, A.C. Michael, durante una entrevista con Efe.
Para Michael, mantener vigentes estas normas permiten la legalización de un sistema de intimidación contra los cristianos.
El pastor Patsy David, uno de los más activos defensores de la comunidad cristiana en Uttar Pradesh, asegura a Efe que el escenario más complejo es para los conversos de antecedente hinduista, a los que los radicales hindúes intentan con todas sus fuerzas “rescatar”. Fuente: EFE