Por: Renzo Giner (@SebGiner)
¿Qué ocurre en Iraq? ¿Por qué repentinamente vuelve a ser un tema de relevancia en la prensa internacional? El letal avance de un grupo terrorista más sanguinario que Al Qaeda ha puesto en alerta a la comunidad internacional, especialmente a EE.UU. quien está reconsiderando enviar tropas para frenar el avance de los yihadistas que hasta el momento han tomado seis ciudades iraquíes, entre ellas Mosul [la tercera más importante en el país], y exterminado a más de mil personas en lo que va del mes, según la ONU.
Estos son los principales factores cuya combinación detonó la crisis que una vez más azota a Iraq.
ISIS, SINÓNIMO DE TERRORLos terroristas del Estado Islámico de Iraq y Siria (ISIS) buscan crear un estado independiente entre las fronteras de ambos países. De mayoría sunita radical, ISIS nació de la resistencia iraquí Tawhid y Yihad, la cual luchó contra el ejército norteamericano en su invasión a Iraq en 2003.
Sin embargo, los extremistas ganaron más poder durante la primavera árabe de 2013, cuando se involucraron directamente en la guerra civil siria enfrentando incluso al Frente Al Nusra, de proximidad a Al Qaeda al igual que ISIS.
Los yihadistas han crecido de una forma desmedida, actualmente poseen un patrimonio de US$ 430 millones lo que los posiciona como el grupo terrorista mejor financiado, superando al grupo que lideraba Osama Bin Laden.
Al margen del dinero, las filas de ISIS se han engrosado con la incursión de mercenarios internacionales. Entre ellos se encuentran, musulmanes del norte africano, europeos y norteamericanos. Según los mismos terroristas, sus militantes se suman por miles, estimando una cifra de entre 20 mil y 30 mil de ellos.CHIITAS Y SUNITAS: UNA GUERRA MILENARIALa amenaza de ISIS sobre Iraq no sería tan grande si no contara con el apoyo de muchos sunitas, descontentos con el gobierno de Nuri al-Maliki, líder chiíta. Pero, ¿cuál es la razón para que el propio pueblo iraquí desangre a su nación?
La división entre estas dos facciones musulmanas se remonta, según la historia, al año 632, fecha en la que el profeta y creador de islam Mahoma murió. Antes de su muerte, el líder había designado a su yerno, Alí, como su sucesor político y religioso.
Sin embargo, los altos mandos en La Meca tenían otros planes para el califato, por lo que Alí tuvo que esperar 30 años para asumir ese puesto.
Fue entonces cuando el pueblo se dividió, los chiítas apoyaron la legitimidad de Alí o cualquier descendiente directo de Mahoma. Mientras que los sunitas requerían como líder a un hombre estudioso, justo y bueno sin la condición de que forme parte de la descendencia del profeta.
Actualmente, a esta guerra mística y milenaria se han sumado diversos intereses políticos y económicos, en el fondo las relaciones entre el Gobierno y la religión parecen tener un gran problema.
En el caso de los chiítas, sus líderes se caracterizan por mantener una gran independencia de los gobiernos iraquíes, ellos generan una especie de sociedad aislada y un diezmo de sus seguidores que les permite poseer cierto poder. Todo lo contrario pasa con los sunitas, dependen de la economía estatal y de las decisiones del Gobierno central, sus líderes evitan interferir en aspectos políticos.
LOS KURDOS, PAZ EN ZONA DE GUERRALa región del Gran Kurdistán se reparte entre los países de Siria, Iraq, Turquía e Irán. En el caso particular de la región ubicada en territorio iraquí, el pueblo kurdo registra uno de los menores niveles de pobreza en Iraq y el más alto nivel de vida en ese país.
Sin embargo, lo más importante de esta región autónoma reside en la estabilidad y seguridad que posee. Las buenas relaciones que mantiene con países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Suecia, Rusia y Holanda lo convierten en un paraíso en medio de una guerra sangrienta.
Desde las primeras amenazas de ISIS sobre territorio iraquí, el ejército kurdo conocido como “los peshmergas” ofrecieron su ayuda a Iraq, sin embargo el primer ministro Nuri al Maliki se negó a aceptarlo. Una de las probables razones del premier iraquí pudo ser evitar que Kurdistán asuma el control de ciudades como Kirkuk.
La reunión que sostuvo el lunes el vicepresidente de EE.UU, John Kerry, con el ex premier iraquí y político kurdo, Masud Barzani; demostró la importancia que tiene este pueblo para una posible solución a la crisis que afronta Iraq.
Un gobierno que busque integrar las diversas sectas musulmanas se perfila como la única solución al derramamiento de sangre. Para eso, todos los actores en este conflicto exigen la salida inmediata de Al Maliki.
“Iraq se está desintegrando. Y es obvio que el Gobierno central o federal ha perdido el control. Todo se derrumba: el Ejército, la Policía”, dijo Barzani durante una entrevista.
NURI AL MALIKI: EL PREMIER QUE TODOS ODIANNi los sunitas, ni los chiítas y mucho menos los kurdos apoyan al actual mandatario iraquí. En los 8 años que lleva en el poder, Nuri al Maliki solo ha logrado incrementar la brecha de rechazo entre ambas sectas islámicas en el país. Además se ha encargado de aislar aún más a los kurdos pese a la iniciativa de estos últimos por integrarse en un estado conjunto. Por el contrario, decidió aliarse con Irán y darle la espalda a su propio pueblo.
Aparentemente, la ineficiencia de Al Maliki a la cabeza del país es uno de los principales detonantes de la actual crisis. Los terroristas de ISIS no fueron frenados a tiempo, en gran parte por la negativa del ejército para recibir ordenes del premier.
El avance yihadista se concretó cuando Al Maliki rechazó el apoyo del ejército kurdo y del norteamericano en un primer momento.
El reflejo del rechazo a la figura de Al Maliki es que todos, absolutamente todos, ven como la mejor solución la renuncia del primer ministro de ese cargo.