Tel Aviv (DPA). Suenan las alarmas por misiles en Tel Aviv y la gente corre a refugiarse en las escaleras de las casas, junto a sus automóviles o en el refugio más próximo. Las sirenas se escuchan durante 90 segundos y después, un ruido sordo. El sistema antimisiles Cúpula de Hierro (Iron Dome) ha interceptado el cohete. Pueden respirar tranquilos.
El sistema de defensa se activa cuando un cohete procedente de la franja de Gaza amenaza con impactar en una zona habitada de Israel. Poco después, se produce un estallido en el cielo: la Cúpula de Hierro ha derribado el cohete, del que solo quedan trozos que ya no pueden explotar, aunque sí herir a la gente.
La tecnología de la Cúpula de Hierro fue desplegada por primera vez en junio del 2011. Su sistema fue desarrollado por Rafael Advanced Defense Systems, la cual es una empresa de tecnología de defensa que fue fundada por el Laboratorio de Defensa Nacional de Israel para el desarrollo de armamento y tecnología en el 2002.
Desde la noche del lunes los milicianos palestinos dispararon más de 690 cohetes contra Israel. La mayor parte de ellos cayeron en campo abierto, pero la Cúpula de Hierro interceptó 140 cerca de grandes ciudades.
La técnica no es perfecta y puede fallar al interceptar algún proyectil. Pero según el Ejército, en la actual ola de violencia ha funcionado correctamente en casi el 90 por ciento de los casos, interceptando cohetes dirigidos al aeropuerto de Ben Gurion, el centro de Tel Aviv e incluso la central nuclear de Dimona.
Este sistema antimisiles ha cambiado también la psicología del conflicto. Mientras en la franja de Gaza deben contar sus muertos tras cada ataque israelí, en Israel todavía no se reportó ningún muerto directamente relacionado con el lanzamiento de cohetes. ”Con la 'Cúpula de Hierro' la población se siente segura“, afirma Jossi Kuperwasser, director general del Ministerio Israelí para Asuntos Estratégicos. ”Y al gobierno le proporciona tiempo“, agrega.
Si hubiese habido víctimas israelíes, la presión sobre el gobierno sería mayor, explica. “Si no fuera por la 'Cúpula de Hierro' tendríamos que haber marchado hace días en Gaza”.
Atrás han quedado ya las discusiones sobre el sentido o sinsentido del sistema antimisiles. Hace unos años se criticaba su elevado coste, pues según la prensa cada disparo cuesta unos 20.400 dólares. Además se creía que la milicia radical palestina Hamas encontraría pronto la manera de burlar la Cúpula de Hierro. Pero cuatro años después de que comenzase a funcionar, muchos israelíes se sienten hoy seguros gracias a ella.
El diario israelí “Yediot Acronot” ya ha bautizado al sistema como “cúpula dorada”. Y también las redes sociales se llenan de alabanzas. “No volveré a quejarme sobre los altos impuestos”, escribe un usuario de Twitter. “Daría mi última camisa por este bebe”, afirma otro, mientras que para algunos es un arma del todopoderosa: “¡Damos gracias a Dios por el 'Iron Dome'!”.