Bagdad. Irak vivió este miércoles su sexto día consecutivo de protestas para pedir más servicios y contra la corrupción, que se saldan ya con 100 muertos y 5,500 heridos, pese a que el primer ministro, Adel Abdelmahdi, ha abierto la puerta a su dimisión y las dos principales fuerzas políticas se han aliado en su contra.
Después de que el clérigo chií Muqtada al Sadr, padrino de Sairún, la principal fuerza del Parlamento y con cuyos votos gobierna Abdelmahdi, pidiese ayer Hadi al Amri, líder de la segunda coalición con más escaños, Al Fath, que retire su confianza al primer ministro, este respondió que contribuirá al “interés del pueblo”.
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La presión sobre el dirigente aumentó a última hora de la noche, cuando el ex primer ministro iraquí Haidar al Abadi y su coalición política, Al Nasr, anunciaron en un comunicado que están estudiando retirar la confianza al jefe del Ejecutivo.
“El país pasa por una crisis verdadera y deberíamos rescatarlo rápidamente (...) La continuación de la situación actual no va en el interés del país, ya que la permanencia del Gobierno actual desmonta el país”, indicó la alianza.
Mientras tanto, las manifestaciones continúan su curso en varios puntos del país, donde el número de muertos se eleva ya a un centenar y el de heridos a 5,500, informó en un comunicado el miembro de la entidad pública e independiente Comisión de Derechos Humanos de Irak, Ali al Bayati.
La mayoría de las víctimas se produjo en choques entre los manifestantes y guardias de seguridad de sedes de partidos políticos, así como por el uso “excesivo” de la fuerza, como gases lacrimógenos, porras y piedras.
La violencia que comenzó el pasado viernes ha causado, además, la quema de 98 inmuebles y la detención de 399 personas, si bien la gran mayoría han sido ya liberadas, según datos de la comisión.
En Bagdad, cuando miles de personas se manifestaban en la céntrica plaza Tahrir, dos morteros impactaron en la cercana Zona Verde, que alberga edificios gubernamentales y embajadas, y cayeron cerca de la legación estadounidense, dijo a Efe una fuente del Ministerio de Interior.
Según la agencia estatal de noticias INA, al menos un soldado murió por el impacto de los proyectiles.
La Zona Verde está totalmente cerrada al acceso de los ciudadanos, a excepción de dos entradas para funcionarios.
Esta nueva oleada de manifestaciones es la continuación de las del 1 de octubre para pedir más servicios básicos y menos desempleo y corrupción, además de un cambio de gobierno, en las que murieron 157 personas, entre ellas ocho miembros de las fuerzas de seguridad.
Las calles de la capital están hoy llenas de coches con jóvenes ondeando banderas iraquíes.En un comunicado, la Comandancia de Operaciones de Bagdad pidió a los manifestantes que acaten el toque de queda decretado hace dos días y en vigor hasta nuevo aviso desde la medianoche hasta primera hora de la mañana.
“El toque de queda es para proteger a los manifestantes de los infiltrados y las células terroristas”, aseguró en la nota.
Al Sadr afirmó que Abdelmahdi debería someterse al Parlamento “para anunciar elecciones anticipadas bajo la supervisión de la ONU”, a las que no deben presentarse los partidos actuales, a no ser que el pueblo lo consienta.
El primer ministro contestó a la propuesta que, de acuerdo con la Constitución, hay dos vías para disolver el Parlamento y la posterior celebración de elecciones, y ambas contemplan una votación en el Legislativo y la realización de comicios en un plazo de 60 días.
Por ello, el “camino más corto” sería un acuerdo entre Al Sadr y la coalición Al Fath, cuyo líder respondió hoy que contribuirá a “lograr el interés del pueblo iraquí para salvar el país”, según un comunicado difundido por medios locales.
Fuente: EFE