Nuestro extenso litoral no es solo la principal fuente de aprovechamiento de las riquezas marinas, sino que sus puertos son los más importantes medios de transporte para la comercialización de los diversos productos de la costa y de las distintas regiones del país. Estos constituyen el gran motor para el impulso y el desarrollo del comercio nacional e internacional.
No obstante, los espárragos, uvas y otros productos de los miles de agricultores y pequeños industriales soportan hoy un sobrecosto que está directamente relacionado con el transporte, porque trasladar sus frutas desde Tumbes o Piura hacia el Callao, y viceversa, resulta más caro cuando lo hacen por tierra que por mar.
Una alternativa para reducir los costos del transporte es utilizar la “carretera azul” u océano, a través del cabotaje o transporte acuático entre puertos nacionales, el cual resulta ser mucho más económico y menos contaminante que el transporte terrestre.
Lamentablemente, en nuestro país el cabotaje es casi inexistente por dos sencillas razones. La primera es que tenemos una ley que restringe esta práctica a los buques nacionales y, la segunda, es que en el Perú casi no existen buques nacionales.
Y para agravar el problema, si ante la ausencia de buques nacionales algún naviero aún quisiera realizar cabotaje, la norma le permite arrendar un buque extranjero, pero con un plazo máximo de seis meses, no renovable. ¡Es como si a usted le dijeran que solo puede circular por las calles de Lima en un vehículo de marca peruana, y que cuando este no exista, podrá arrendar un auto de marca extranjera por seis meses sin posibilidad de ampliación!
Para revertir esta situación, presenté el proyecto de ley 2774, para promover la práctica del cabotaje en nuestras costas. En primer lugar, se busca eliminar la condición de “no prorrogable” que existe para alquilar un buque de bandera extranjera, permitiendo prorrogar su alquiler hasta por un máximo de tres años.
De manera paralela, se proponen incentivos para que en un mediano plazo generemos nuestra propia flota mercante nacional. Así, cuando un naviero peruano acredite que está construyendo un buque peruano y en un astillero nacional, permitirle arrendar un buque de bandera extranjera hasta por cinco años, para que no deje de realizar el cabotaje durante el tiempo que demore la construcción del buque peruano.
En términos más sencillos, la propuesta permite reactivar la práctica del cabotaje a corto plazo y casi de manera inmediata. Y, dentro de unos años, contar con buques nacionales fabricados en nuestro país, lo cual también generará industria y empleo para los peruanos.
La Comisión de Transportes y Comunicaciones del Congreso, en su sesión del 4 de noviembre, aprobó por unanimidad el dictamen favorable de este importante proyecto de ley, lo cual marca un gran paso para la promoción del comercio exterior, a través de una mayor comercialización de los productos de nuestros agricultores y emprendedores.
Esta medida, en definitiva, permitirá también revertir los índices de competitividad que hemos perdido en los últimos años, por lo que urge ahora su pronto debate en el pleno del Congreso.
Que los buques peruanos comiencen a llegar a cada uno de los puertos de la costa transportando nuestros productos por la carretera azul es una posibilidad real.
Unidos los puertos, unida la costa, unido el Perú.