Te acaban de hacer un recorte presupuestario en el plan que diseñaste para el siguiente año y tienes dos opciones: vivir todo el año pensando en lo maravilloso que pudo ser o acordarte de Charles Ingalls y no sentirte tan miserable porque hasta él se las agenciaba para vivir más feliz que los Oleson.
Y es que, quizás, deberíamos acordarnos más seguido de que si en nuestra vida personal por alguna razón hay “recorte de presupuesto”, nos ponemos más creativos que Don Ramón y sus churros.
Aquí cinco consejos que no he sacado de ningún libro de márketing, sino del libro de la vida. No pierdes nada con leerlos (total, menos plata en el presupuesto no vas a tener):
1. No comas comida chatarra: Lo último que debes hacer en épocas de recesión es tratar de buscar ahorros en la calidad de tus proveedores o materiales, es como dispararte en el pie. Asúmelo, no vas a poder hacer todas las cosas que planteabas, así que por tratar de lograrlo no sacrifiques la calidad de la creatividad de tus piezas o busques medios publicitarios más baratos, pero que no los ve nadie. Es mejor quedarte con menos cosas en el plan pero que nutran de verdad al negocio y a la marca.
2. Busca un ‘roommate’: Quizás hay una marca allá afuera que no compite contigo y puede convertirse en un extraordinario amigo con derechos. Piensa en esas campañas que quizás a esa otra marca le puedan interesar y así compartir estrategia, inversión y evidentemente resultados.
3. Aprende a decir adiós: Hay cosas que te morías por hacer, lo sé, piensas que son imprescindibles, pero ¿sabes qué? Hasta Laura Ingalls vendió su adorado caballo a la antipática de Nellie Oleson. Me podrás responder: ¡es que si es de vida o muerte! Bueno, aquí un test para darte cuenta: ubica el cursor en la celda del monto que pensabas atribuirle a ese proyecto. Ahora, bórrala. Acto seguido, mira el número final de tu presupuesto, ¿bajo no? Si la sensación de alivio es más fuerte que la pérdida, no era para ti.
4. Compra un chancho de 14 kilos: Necesitas algo muy pero muy grande para darle de comer a tu plan anual el mayor tiempo posible. Me refiero a encontrar esa gran idea con la que puedas activar distintas acciones comerciales que se nutran de un mismo concepto. Haz chuletas, chorizos, chicharrón, salchichas y hasta tocino. Si de verdad es una gran idea, va a ser capaz de darte carne para distintos negocios sin empalagar.
5. Baila: Aunque suene desquiciado, disfruta este momento de vacas flacas. Piensa que es una oportunidad de replanteártelo todo, no dejes que tu equipo se sienta como el Chavo del Ocho sin poder ir a Acapulco, sino un ‘survivor’ lleno de adrenalina y una mochilita ligera.