Me pregunto si los candidatos a las alcaldías y regiones habrán estado atentos al discurso presidencial. Especialmente en el caso de Lima.
Recuerdo que en su primer año de gobierno, Humala tendió puentes a la capital en temas como seguridad ciudadana e infraestructura, que Lima no supo capitalizar. Para los gurús de nuestra economía las medidas anunciadas van entre el populismo y la tardía reacción al enfriamiento. Pero lo cierto es que ahí están. ¿Qué hacer?
La oferta presidencial aporta algunas luces, aunque dispersas, para el ordenamiento del territorio. Le falta aún comprender que un país con 70% de su población viviendo en urbes necesita de un sistema de ciudades debidamente integrado y jerarquizado como factor clave para su desarrollo, dándole un rol proactivo a la descentralización.
Sin embargo, hay propuestas rescatables. El mejoramiento del 85% de la red vial nacional, las inversiones en puertos y aeropuertos, la adjudicación de tres nuevos aeropuertos y el proyecto hidrovías facilitarán la integración nacional y la conexión con los mercados locales y externos.
Modificar el proceso de descentralización para que aporte al crecimiento y la inclusión social, complementado con un mejoramiento en la distribución del canon minero, era indispensable.
Se suma la ampliación del instrumento de obras por impuestos, que podría redistribuir con mayor equidad el equipamiento de salud, educación y seguridad en el territorio. Pero se necesitan proyectos.
Se destinan, además, S/.500 millones para vivienda de la población de bajos ingresos, lo cual no es mucho, pero podría asociarse a fondos de inversión privada y municipal para programas especiales de vivienda popular. También se requieren proyectos.
Y, finalmente, tenemos el apoyo al Plan Nacional de Diversificación Productiva como generador de inversión y empleo que debería dar lugar a planes de especialización industrial de ciudades y regiones. Solo en Lima se requieren 14.000 hectáreas para uso industrial. ¿Dónde están?
Para la capital se anuncia el inicio de la línea 3 del metro, que unirá Miraflores y Comas, integrando el centro turístico y financiero miraflorino con el eje de los institutos y universidades de las avenidas Arequipa y Garcilaso, hasta llegar a uno de los grandes centros de la microempresa y pequeña empresa en Comas y el valle del Chillón.
De ese modo, junto con las líneas 1 y 2 del metro, la ciudad tradicional y Lima norte, este y sur quedarán vinculadas, marcando un cambio vital en la estructuración de la capital. Queda pendiente ver qué pasa con la Lima en expansión a Lurín y Ancón. Pero todas estas decisiones deben estar amarradas al PLAM al 2035. Tampoco pueden ser una iluminación del Ejecutivo. Esa es una de las tareas primordiales del próximo alcalde de la capital. En resumen, hay material para coger en el discurso, ¿Pero habrá interlocutores o será más de lo mismo, aceitado por la corrupción?