Hace algunos días, la alcaldesa Susana Villarán anunció que la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) entrará a un período de “explicación de la obra municipal”. Esto, aparentemente, querría decir que el gobierno edilicio realizará acciones destinadas a que la ciudadanía conozca los avances que se han producido durante su gestión.
Este comunicado, comprensiblemente, generó rumores de que la alcaldesa estaría interesada en tentar su reelección. Y, para acallar esas voces, al día siguiente de realizado dicho anuncio la señora Villarán dijo: “No voy a ir a ninguna reelección. En este momento estoy trabajando. Soy la alcaldesa de Lima en funciones y sí estoy en campaña, y mi campaña es para mostrar las obras de Lima”.
Los ánimos reeleccionistas de la alcaldesa, sin embargo, parecen sufrir de mucha volatilidad, pues el fin de semana cambió de versión. Esta vez, declaró que ahora sí está considerando la posibilidad de postular de nuevo.
Lo anterior, por supuesto, no tendría nada de objetable si no fuera porque coincide con que su campaña de “explicación de la obra municipal”, financiada con recursos de todos los limeños, se parece más a una campaña política, que los ciudadanos de Lima no tendríamos por qué financiarle.
Analicemos la mencionada campaña con detalle. Por un lado, el viernes pasado se colgó en la página web de la MML un video que inicia con la frase “no todos los políticos son iguales” sobre un fondo del mismo verde que identifica al movimiento de la alcaldesa. A continuación, se muestra a la señora Villarán, quien procede a calificarse a sí misma como “luchadora”, “honrada” y “mujer de palabra”. Curiosamente, no se muestran en dicho video ni se hace referencia a proyectos municipales en ejecución o por ejecutarse. Solo se presenta a la señora Villarán hablando de las que ella considera sus cualidades como política. El spot, finalmente, lo cierra diciendo: “Vale la pena luchar por lo que Lima debe tener”, como sugiriéndoles a los limeños (en tono de lema de campaña) hacia dónde deben mirar en el futuro.
Adicionalmente, en ese video y en otro más colgado anteayer (en el cual sí se hace referencia a obras), la alcaldesa vuelve a vestir algo que ella convirtió en uno de los símbolos de su campaña política cuando candidata: la conocida chalina verde. Si no se trata de un spot electoral, ¿cuál era la necesidad de revivir en esta supuesta campaña informativa de las obras municipales el símbolo de su movimiento (más aun cuando estamos en pleno verano y difícilmente alguien creería que la alcaldesa decidió ponerse su chalina porque hacía frío)?
La señora Villarán ha entrado a un terreno pantanoso. Si bien tiene derecho a comunicar las obras realizadas en su gestión y a postularse a la reelección, debería tener muy en claro que estas dos esferas necesitan mantenerse separadas. Presentar una campaña pagada con los tributos de todos los limeños que hace poco por informar a la ciudadanía y, en cambio, hace bastante más por intentar reforzar su alicaída imagen pública es una actitud que no se condice con la honestidad de la que la alcaldesa hace alarde en sus spots.
La señora Villarán debe ser transparente: tiene que decir si realmente va a postular y, de ser así, deberá abstenerse de usar recursos públicos en campañas que podrían servir para promocionar su candidatura.
Este incidente que, potencialmente, podría ser uno de los primeros casos visibles este año de una autoridad usando recursos de todos para fines proselitistas, debería ser mirado con cuidado por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Y este organismo, además, tendría que tomar mayores acciones para evitar que este tipo de estrategias se convierta en regla en todos aquellos lugares donde la autoridad local o regional tenga en mente postular de nuevo al cargo.