Una poblada atacó e incendió parcialmente el edificio de El Comercio. Esa misma turba incendió y saqueó el diario “La Prensa” y posteriormente dejó en ruinas la casa del doctor Antonio Miró Quesada, director de nuestro diario y las del doctor Augusto Durand y del señor Ántero Aspíllaga. La turba criminal se había reunido en una manifestación en homenaje al presidente Leguía. Azuzada por capituleros, enloquecida y ebria, la turba ha cometido estos desmanes criminales que nos hacen formular nuestra más enérgica protesta en defensa de la vida y la libertad de prensa. H.L.M.