No bastan los anatomistas, los cirujanos, los fisiologistas, los patólogos, los terapeutas para asegurar el bienestar de la gente y, por ende, el bienestar nacional. Es necesario, imprescindible, que dotemos a la sociedad de médicos higienistas, de médicos sociólogos que sepan asistir a nuestras ciudades, que sepan defender el futuro sanitario de nuestro pueblo, que sepan encauzar convenientemente la obra tutelar del Estado y del municipio en pro de la defensa de la salud y de la vida. “Sanear –dice un médico afamado– es poblar, es enriquecer, es moralizar”. H.L.M.