Se dice que el plan de arbitraje será tan minucioso que evitará apartarse de las bases del Tratado de Ancón y que el árbitro estaría autorizado para interpretar, en lo posible, la intención de dicho tratado, tal y como fue la mentalidad de los que lo suscribieron hace 38 años. Se supone que la propuesta para este compromiso es chilena, aunque la fórmula todavía es vaga y no ha sido definitivamente concretada ni por la delegación chilena ni por la peruana. Todo sigue tratándose en reserva y con frecuentes consultas cablegráficas a las respectivas cancillerías. H.L.M.