

Desde antes del mediodía, devotos se encaminaban a los diversos templos de la capital con el propósito de escuchar el Sermón de las Tres Horas, a cargo de reputados oradores sagrados. Uno de los templos más concurridos este año fue San Pedro, donde las Siete Palabras estuvieron a cargo del sacerdote jesuita Manuel Abreu, quien tiene merecida fama de eximio orador. Muy concurrido estuvo también San Agustín, donde predicó con su habitual elocuencia el padre Ángel Fernández. El jesuita peruano Rubén Vargas Ugarte predicó de manera brillantísima en la Inmaculada. H.L.M.