En estos días se viene dando una encarnizada lucha entre el oficialismo y la oposición para ver quién preside la mesa directiva de la más prestigiosa institución del Estado: nuestro Congreso de la República. ¿Y cuáles serán los retos del siguiente presidente del Parlamento? Especialistas consultados nos ayudaron a elaborar la siguiente lista:
1. Lograr que se siga sin elegir a un defensor del Pueblo. Es difícil ignorar un deber constitucional durante tantos años, pero los anteriores presidentes del Congreso lo han logrado con bastante pericia. El que resulte elegido deberá seguir dicho camino.
2. Aprender a fruncir bien el ceño. Debe hacerlo de forma convincente cuando declare a la prensa que “todo el peso de la ley” caerá sobre el congresista de turno al que le destapen algún escándalo. Debe hacerlo aunque sepa que nada les pasará a sus colegas.
3. Moderar los debates en el pleno como si importara las cosas que ahí se discuten. Debe fingir que le importa la discusión de proyectos como el de “la ley del cebichero”, “la ley de la vedette” o “la ley del ropavejero”, mientras espera que el Ejecutivo le mande ya listos los proyectos de ley que en realidad importan.
¿Cuál de los dos candidatos está a la altura de tan importantes retos? Se espera que los padres de la patria elijan con sabiduría tan importante cargo. El bien ganado prestigio de nuestro Congreso puede depender de ello.