Mientras promulgaba el nuevo Código de Familias boliviano, el presidente Evo Morales decidió que tal vez era momento para dar un poco de cátedra sobre la infidelidad, la violencia machista y los embarazos adolescentes. No se trató solo de un discurso lleno de lugares comunes moralistas, sino más bien de lo que seguro será la línea de partida para las políticas públicas de los restantes años de su gobierno (que –estimamos, teniendo en cuenta de que Morales tiene 55 años– serán entre 30 y 40). Así, Evo aseguró que las telenovelas son uno de los factores que influyen en todos estos problemas.
Si bien la frase puede sonar ligera, nos atreveríamos a decir que, en consonancia con lo que esperaríamos de un gobierno tan técnico como el de Bolivia, el presidente debe haberse basado en precisos estudios que respaldan esta frase. Y somos de la firme convicción de que, no contento con eso, el propio Morales habría decidido hacer un poco de ‘soul searching’ y, buscando en lo más profundo de su alma, debe haber confirmado que su afición por “María la del barrio”, “La usurpadora” y “Gata salvaje” habrían sido las culpables de que hace algún tiempo cantase: “Este presidente de buen corazón a todas las ministras les quita el calzón”. Y habría sido algún turbio recuerdo de “Rubí” lo que se encontraría detrás de aquella pregunta que le hizo a dos anfitrionas que lo recibieron en un campo petrolero: “¿Ustedes son petroleras?, ¿perforadoras? Díganme: ¿perforadoras o perforadas?”.