¿En el sorteo parlamentario le tocó ser miembro de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos? ¿No sabe mucho de esos temas pero igual tiene que ir a sentarse a esa comisión? ¿Y, para colmo de males, justo a usted le tocó ver el tema de la unión civil? No se preocupe, nosotros le daremos las claves para poder oponerse a ese proyecto, sin importar que todas las entidades del Estado consultadas hayan dado su opinión favorable.
1. Es importante que empiece señalando que usted no es homofóbico. Ya luego en el desarrollo del debate podrá votar en contra de los derechos de homosexuales, podrá tildarlos de anormales e incluso citar a Hitler para sustentar su posición. Pero no olvide empezar señalando que usted no es homofóbico.
2. El mejor argumento siempre será el de los niños. El proyecto de ley no habla de adopción, pero igual nadie lo ha leído, así que no hay problema en decirlo. Exclame a viva voz: “¡Que alguien piense en los niños!” y recibirá el respaldo inmediato de la población. Evite pensar que algunos de esos niños serán homosexuales que crecerán sin un marco jurídico que proteja su proyecto de vida por culpa de su voto.
3. Recuerde que la religión es fuente de derecho. No le haga caso a esos hippies que hablan de Estado laico, ¡estamos en el Perú! Aquí el Libro de Deuteronomio (o parte de él) puede más que la misma Constitución.
Y listo, con eso le alcanzará para votar en contra de la unión civil e irse tranquilo a casa. Eso sí, al llegar a su hogar y saludar a la familia, le recomendamos no mirar a los ojos a su hijo. A veces la perspectiva personal puede jugarnos una mala pasada.