A la divulgación de un reportaje que puso nuevamente en evidencia la llegada del prófugo Martín Belaunde Lossio a las más altas esferas del gobierno le ha sucedido una serie de renuncias de personajes de relativa importancia en la actual estructura del poder. Renunció a la Dirección General de Bienestar y Acción Social del Despacho Presidencial Roxana Altuna, antigua pareja de Belaunde Lossio y estrecha colaboradora de la primera dama. Renunció también ‘Carlitos’ Fuyikawa, coordinador parlamentario del Ministerio de la Producción y destinatario de un correo electrónico en el que Belaunde Lossio daba instrucciones sobre a qué congresistas del oficialismo había que pedirles ayuda para modificar la ley de presupuesto del 2013. Y renunció también Francisco Boza, presidente del IPD y artífice de la intervención Belaunde Lossio en el asunto ya mencionado. ¿Qué sombras pesaban sobre ellos como para arrastrarlos a una decisión tan drástica? Pues, aparentemente, ninguna, porque la señora Altuna ha dimitido sin explicaciones, y el comunicado del IPD que da cuenta del alejamiento de Boza habla solo sobre los “importantes triunfos” deportivos alcanzados bajo su gestión. Lo mejor de todo, sin embargo, es la razón ofrecida por Fuyikawa para su propia renuncia. Según ha dicho, esta obedece simplemente a una voluntad de “salvaguardar la imagen institucional” del Ministerio de la Producción. ¡Cuánta nobleza! Así da gusto.