“La gente quiere ver a políticos más humanizados, lejos del acartonamiento”, ha dicho Salvador Heresi, en clara alusión a su reciente hit musical “Soy Salvador”. El candidato parece haber encontrado la receta del éxito, pues la semana pasada consiguió superar en las encuestas a la por lo demás insuperable Susana Villarán.
El coro pegajoso, que gira alrededor de ese nombre único, con sutiles connotaciones cristianas, dos modelos femeninas que lo venden como si fuera un auto, la camiseta pop con los colores de su partido y un rapeo de ‘flow’ envidiable confluyen en un ‘remake’ en clave de Cine B de “Peruano”, el hit de Pisko. “Salvador tiene algo innato y tiene que explotarlo”, ha dicho su esposa. Muy humilde, él ha preferido no pecar de soberbio luciendo sus buenas propuestas para Lima, y atribuye también el repunte al poder de su vaivén pélvico.
Los fanáticos gritamos. Desde el fondo de nuestros corazones deseamos que el resto de candidatos pruebe esta táctica, tiñendo de color y alegría esta contienda electoral. Susana Villarán podría hacer un clip en la Costa Verde, aprovechando la temática marina. Luis Castañeda podría hacer algo reminiscente al cine mudo de los años veinte. Estas ideas, humildes en todo caso, deberían eso sí servir para que ambos candidatos se pongan las pilas. Y es que, con un pujante 11%, parece que Salvador está por “entrar en un momento de definición para ganar estas elecciones”.