Caray, a la campaña del 2011 entraron fortunas. El miedo al chavismo rompió las alcancías de la élite empresarial que, esa vez, hinchó por Keiko. Con razón, Jorge Barata se perturbó cuando Marcelo Odebrecht le dijo que debía aportar a Humala (pues así lo requería el PT de Lula). El subordinado tuvo que acatar, pero no sin antes obtener un aumento para Keiko. Barata era parte de esa élite y su corazón hinchaba por ella, aunque en sus primeras manifestaciones fiscales la llamara ‘fría y distante’.
Habría que ser muy ingenuo para abandonar la hipótesis del lavado y ‘pitufeo’ del aporte de Odebrecht, porque ahora resulta que, según confesión de Dionisio Romero Paoletti, el BCP aportó US$3’600.000; el triple del US$1’200.000 que habría aportado Odebrecht.
No, señores, esto confirma: 1) Que las campañas son demasiado caras. Por eso el Congreso disuelto hizo muy bien en agregar al referéndum que propuso Vizcarra la prohibición de contratar publicidad privada en TV y radio. Ahí se iba la plata. Ahora habrá menos gasto y, por lo tanto, menos presión para que el candidato venda el alma al diablo.
2) Que el ‘pitufeo’ y otras formas de ocultar donaciones secretas como la del BCP estuvieron a la orden del día en esa campaña. El equipo del caso Lava Jato tiene que ajustar sus hipótesis a la luz de esta revelación para discernir qué fondos, quiénes y cómo lo gastaban, ‘pitufeaban’ o lavaban. Y afinar nuevas hipótesis de enriquecimiento ilícito gracias a aportes no declarados.
3) Que, además de limitar el dispendio, es bueno que el Estado invierta más en las campañas. Es mejor que cueste a un erario público que no pide retorno que a empresas que tienen intereses que pueden frenar leyes y políticas públicas. Sin ir lejos, hagámonos una simple pregunta respecto al Congreso disuelto, teniendo en cuenta que Romero Paoletti también ha confesado que hizo aportes a PPK y a Keiko en la campaña del 2016. ¿Qué hicieron la bancada mayoritaria y la oficialista ante iniciativas legislativas y oportunidades de fiscalización relacionadas al sector financiero? En los próximos días, intentemos responder esa pregunta.
4) Que no se debe prohibir el aporte privado a las campañas, siempre que tenga tope y sea transparente. Habría que alentar, más bien, a que las empresas inviertan en proyectos plurales de capacitación para políticos, de difusión de sus propuestas, de asesoría a sus proyectos. Movistar (que, por tener una matriz extranjera tiene protocolos que la obligan a decirle no a los políticos pedigüeños) y el gremio AFIN alentaron una vez un proyecto para crear un fondo que sería administrado por la ONPE. La idea, lamentablemente, no prosperó. Bancar sin mirar a quién es mil veces mejor que donar sin que nadie te vea.