Ahora que Alberto Fujimori es el nuevo Isaac Humala, que resulta que los ‘fujitrolls’ trolean a Fujimoris y que Kenji es un estratega de polendas, quizás valdría la pena ponernos de acuerdo en algunas cosas elementales, antes de seguir discutiendo.
1. No, no es Armani. Cualquier periodista que haya conversado ‘off the record’ con cualquier dirigente fujimorista (o cualquier Fujimori) sabe que el distanciamiento entre los hermanos es real y tiene ya mucho tiempo.
2. El ya célebre incidente del pan con queso es también real. Ha sido corroborado por terceros. Habría que ser bien mezquino para criticar lo que es un gesto de humanidad elemental. Un gesto que, todo indica, fue espontáneo.
3. Que el gesto se haya marketeado después es otra cosa. Revelar el ‘affaire’ del pan con queso puede haber sido de mal gusto pero hay que reconocer que, en el juego de fujitronos, ha sido una movida que confirma que, desde hace tiempo, hay un público al que insólitamente está apelando (y llegando) Kenji: los que votaron contra su hermana.
4. El fujimorismo actual es diferente al de los 90. El actual, liderado por Keiko, se ha hipotecado a los movimientos conservadores tipo #ConMisHijosNoTeMetas, abriéndole innecesariamente al fujimorismo otro frente más de polarización. Una narrativa más (como si no hubiera ya suficientes) en la que el fujimorismo es “el malo”. Por algo Kenji ha decidido enarbolar la bandera de las libertades individuales: para colocarse hombro a hombro con el anti(nuevo)- fujimorismo.
5. Si hay un nuevo fujimorismo, hay un nuevo antifujimorismo. Sea quien sea el asesor de Kenji, se ha dado cuenta de algo que han ignorado varios opinólogos que se vienen llenando la boca sobre “el anti”. El antikeikista, por llamarlo de una manera más bien gruesa, es más bien joven, identificado con valores progresistas y podría darle lo mismo que indulten al ex dictador –al que casi no recuerda en el poder– si se demuestra que efectivamente hay razones médicas. A ese público apuntan Kenji y sus memes.
6. Por cierto, el rollo liberal de Kenji es más estrategia que convicción. Después de todo, en votaciones claves ha brillado por su ausencia. Además, en su minibancada (los 23 que firmaron la carta de apoyo) destacan nombres de ultraconservadores como Bienvenido ‘Alzheimer’ Ramírez, Federico Pariona o Glider Ushñahua, que se han desgañitado varias veces contra “la ideología de género”.
7. El premio mayor se llama indulto. A eso apuntan tanto Kenji como Alberto. Si no lo vieran cerca, no se hubiesen animado a ventilar tan abiertamente las diferencias con Keiko. Y eso es algo que deben tener en cuenta quienes se divierten con la división. Porque esta división solo significa que el objetivo de uno de los bandos está muy cerca.