La sorpresa del día, el primer ‘switch’ electoral del año, es Julio Guzmán por PPK en la encuesta de CPI (PPK bajó de segundo a tercer lugar detrás de Acuña, y Guzmán brincó del rincón de los otros al 5to lugar). Lo que PPK le hizo a Toledo en el 2011, Guzmán se lo está haciendo ahora a PPK y, ¡vaya¡, le ha dejado un ojo amoratado. Porque morado es el color de campaña de Todos Por el Perú (el partido vientre de Guzmán). Morada es esa ilusión tecnocrática que quiere vestirse de chicha facebookera para ganar.
¿Tiene posibilidades de pasar a segunda vuelta?. Pues, sí. Si se confirma la tendencia de JG a atraer a ese electorado que busca alternativa técnica no populista, pero más humilde y plural que la que se percibe en PPK; tenemos buen rival de Keiko. San Isidro (donde PPK tiene una de sus casas) versus Los Olivos (de donde viene Guzmán). Confiep (donde PPK jala cuadros y contactos) versus IPAE (instituto comandado por Gonzalo Aguirre, correligionario de Guzmán). Por cierto, Ricardo Belmont ha aportado indicios de que sus familiares del grupo Belcorp y Yanbal, no simpatizan con él sino con Julio Guzmán.
Pero no ponderemos al candidato de TPP en desmedro de las potencialidades de otro candidato ni por los contactos con un grupo empresarial que solo podría ayudarlo financieramente. Julio Guzmán (le falta apodo a él y a sus fans, porque ‘guzmán lovers o believers’ no cuaja), tiene su propio relato que contar.
Aquí no se vota por planes de gobierno o listas de aportantes, sino por las historias de vital aspiración presidencial que encarna el candidato y que le dan sentido a sus dos o tres propuestas esenciales. Julio Guzmán, mestizo con origen de clase media baja, becado en buenas universidades, encarna dos mitos fundamentales: educación y pequeña empresa para salir de la pobreza. En su caso no son mitos que surjan en las regiones, como los de Toledo o Acuña, sino en la gran Lima.
¿Pero acaso en Los Olivos no queda también parte de ese Perú profundo y cambiante? El relato de un chancón ambicioso con pinta de ‘ganso’ en una familia de 12 hermanos con padre fallecido, que estudió economía becado, que se especializó en gestión pública y llegó a ser viceministro de MYPES; debe competir con el de la hija que duda entre redimir o reivindicar al padre, el del gringo peruano que quiere acabar sus días ajustando el modelo, y el del provinciano que ‘la hizo’ y se jacta de comprar todo. Aún es temprano y una sola encuesta no hace el verano. Dependerá de muchos factores, propios y ajenos a Julio Guzmán, que su ilusión termine de saltar la valla y siga creciendo.
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Julio Guzmán (@julioguzmanperu): “Ya nos tumbamos al primer dinosaurio” ► https://t.co/rbb5eP6vBj pic.twitter.com/2C7tCR6GHR— Política El Comercio (@Politica_ECpe) enero 14, 2016