Si Facebook es el rey de los contenidos públicos, aplicaciones como WhatsApp y Snapchat acaparan la interacción privada. Lo saben, sobre todo, los jóvenes han huido de la red social de Zuckerberg.
Con una lógica fresca y divertida, la app del fantasma les cae a la perfección. Lanzada en el 2011, su crecimiento parece imparable. Un dato: al día se envían más de 700 millones de fotos y videos a través de esta aplicación.
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Si aún no la has usado, te dejamos aquí algunos trucos y datos poco conocidos de una de las apps preferidas de los jóvenes.
1. En blanco y negro
Ya es conocida la paleta de colores para dibujar o escribir sobre la imagen. Lo que quizá no sabías es que también lo pues hacer en blanco y negro. ¿Cómo? Pulsa tu dedo sobre la paleta y muévelo hacia la izquierda para el blanco; haz lo mismo pero inmediatamente deslízalo hacia abajo para el negro.
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2. Capturas sin notificación
Cuando recomiendo esta aplicación, a menudo me preguntan si se pueden hacer capturas de pantalla. La respuesta es sí, PERO (en mayúsculas) a la otra persona le llegará una notificación de tu viveza. Si no quieres que te descubran, prueba usar algunas apps como Snap Hack Pro para iOS. Más que una captura, descargan el contenido que te envían. Ten en cuenta que Google removió de su tienda varias de este tipo.
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3. Mensajes y filtros
Snapchat ha ido puliendo su aplicativo y últimamente ha adicionado funciones muy útiles. Dos de ellas son los mensajes privados, que incluyen un botón para videollamada, y los filtros para las imágenes, a los que accedes deslizando el contenido hacia la izquierda.
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4. Logo rapero
¿Qué diablos es ese fantasma? Pues el CEO de la aplicación, Evan Spiegel, despejó las dudas cuando contó que se llama Ghostface Chillah, y no es más que una inspiración de Ghostface Killah, un rapero del grupo Wu-Tang Clan.
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5. Primer nombre y demanda
Evan Spiegel está acompañado en lo alto de la empresa por Bobby Murphy, pero en algún momento estuvo Frank Reginald Brown. Este último los demandó al afirmar que fue el de la idea y que los primeros lo expulsaron de la empresa. Spiegel y Murphy, por su parte, reconocieron el aporte de Reginald pero negaron que haya sido socio. Queda por confirmar, entonces, si fueron los tres o solo los dos quienes nombraron “Picaboo” a Snapchat antes de que ingrese a la tienda de Andrioid, cuando cambió su nombre definitivamente.
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Reginald a la izquierda.
6. Una adolescente inició las inversiones
El caso de esta iniciativa es ejemplar. Su herramienta siempre fue gratuita y no empezó con publicidad, pero los ingresos llegaron a millones. Todo empezó en mayo del 2012, cuando uno de los socios de la firma Lighstpeed descubrió las tres apps más populares de su hija: Angry Birds, Instagram y Snapchat. Cayeron US$485 mil. Luego llegaron US$13,5 millones en 2013 y otros US$80 millones meses después. Escuchar a los menores fue toda una lección. A finales del 2013 fue valorada en US$800 millones.
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7. Facebook lo intentó
En la última edición de la feria MWC que se realizó en Barcelona, la última pregunta de un periodista arrancó la risa de los presentes: “¿Qué más va a comprar Facebook?”. La empresa de Mark Zuckerberg acababa de adquirir WhatsApp y antes Instagram. Meses antes, en el 2013, intentó lo mismo con Snapchat. Primero ofreció la exorbitante cifra de US$1.000 millones, luego la triplicó. No pasó nada, por lo que tuvo que sacar Slingshot, su propia -y muy parecida- app.
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8. Oportunidad para las empresas
Y siguiendo con los datos empresariales, las compañías no deberían dejar pasar este dato: El 58% de los universitarios aseguran que comprarían un producto si la marca les envía el cupón a través de la app. Esto hace, por ejemplo, TacoBell.
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9. Mandan las mujeres
La mayoría de usuarios de esta aplicación son mujeres. En concreto, el 70%. Los hombres aún no se han visto seducidos por la herramienta de mensajes que se autoeliminan. Otro dato para las empresas.
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10. Nada con el sexting
Se podría pensar que la autoeliminación de los mensajes favorecería al envío de imágenes o textos subidos de tono. No es que no pase, pero no es lo más habitual. Solo el 13% lo hace, según un estudio de la firma Survata. Entre ellos, la mayoría son hombres. ¿Y para qué se usa entonces? Para “enviar fotos graciosas a mis amigos”, “mandar bromas” y “hacer caras graciosas”. Quizá la respuesta más simple es que los papás, que ya poblaron Facebook, no están en Snapchat.
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