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La llama es un camélido doméstico que tuvo suma importancia en la época incaica por el empleo de su excremento como abono de cultivo y por ser un animal de carga -utilidad que se extendió en las poblaciones andinas contemporáneas-. Sin embargo, en Ayacucho se registra una tendencia a la reducción de ejemplares.
¿Por qué se da esta situación? “Antes, se usaba como animal de carga. Ahora ya hay carreteras a la mayoría de los pueblos […] El criador no le da mucha relevancia a la crianza de llamas. Anualmente, ellos matan un porcentaje que les sirve para su autoconsumo, como para la venta. Ese porcentaje ahora es mayor”, explicó esta mañana a El Comercio el ingeniero Omar Arias, de la Dirección de Camélidos Sudamericanos de la Dirección Regional Agraria de Ayacucho.
Según acotó, “mucha de la carne de llama va a Lima, a los mercados informales de Caquetá, por ejemplo. Un estudio del ex Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos. Ahí hay un tema de sanidad animal, no están partiendo de camales oficiales”.
Actualmente, en Ayacucho hay casi 44 mil ejemplares de las dos razas de llamas: chaku (lanuda) y Qara (pelo corto o peladas). Sin embargo, otro problema es el cruce entre ambas, lo que perjudica a la diversidad genética. Esto ha causado que haya un descenso de 1,4% anual en cuanto al crecimiento de la población.
La disminución -indicó también el ingeniero- ocurre en todo el Perú, no solo en la región Ayacucho. En esta hay dos zonas de cría de camélidos domésticos (llamas y alpacas): en la zona norte, alrededor de las provincias de Huamanga y Cangallo; en la zona sur, alrededor de las provincias de Sucre, Lucanas y Parinacochas.
CRECIMIENTO LENTOLa situación también es preocupante en cuanto a la alpaca. Anualmente es de 3,2%. Una cifra muy lenta para el especialista.
Pero peor es la situación de la vicuña, cuyo crecimiento anual es solo de 1,17%.
Cabe recordar además la problemática de la caza furtiva de vicuñas en las alturas de Puquio, problema del que dio cuenta El Comercio en abril pasado.
DESCENSOEn 1994, el III Censo Nacional Agropecuario contabilizó un total de 57.003 llamas en Ayacucho. En el realizado el 2012 se registran 43,961. En tanto, en 1970, señaló el especialista, se daba cuenta de 3 millones y medio de llamas a nivel nacional.
De acuerdo a las estimaciones, de cada mil llamas nacidas, 14 dejan de nacer.