En el colegio público N° 88186 de primaria y secundaria, ubicado en el centro poblado de Mongón, en el distrito de Pallasca, en Áncash, los 180 alumnos estudian con las puertas abiertas por el temor a que sus viejas aulas de adobe caigan sobre ellos.
A más de 2.400 metros sobre el nivel del mar, los niños de primaria reciben sus clases entre paredes rajadas, que son sostenidas por palos, maderas corroídas y bases deterioradas. Solo calaminas los protegen de la alta radiación solar y de la lluvia.
El director del centro educativo, Eloy Jaime Crespín Zevallos, ha pedido la intervención de las autoridades nacionales y regionales para que se pueda reconstruir la institución, ya que representa un peligro para los estudiantes y profesores.
“Queremos informar a las autoridades que en cualquier momento este colegio puede colapsar. Hay diferentes rajaduras en las aulas y muros. Los niños están preocupados y en alerta ante cualquier movimiento telúrico. La situación en la que nos encontramos es caótica”, dijo el maestro.
Además, la escuela no cuenta con agua potable debido a la escasez de este recurso en el pueblo, y el suelo es inestable.
En tanto, el gerente de Infraestructura de la Municipalidad Provincial de Pallasca, Santiago Canchin, informó que se ha elaborado un expediente técnico para el mejoramiento y ampliación de la institución, pero la dirección de la escuela no ha entregado el título de propiedad del colegio y otros documentos que son importantes para la gestión.
Se ha precisado que en diciembre pasado culminó el estudio de la obra, la cual está valorizada en S/5.059,008, y solo se espera que se adjunten algunos documentos, como la nómina de los alumnos, para realizar las gestiones ante el Gobierno Regional de Áncash.
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