A 47 días de paro indefinido contra el proyecto minero Tía María, la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) lamentó los hechos de violencia que motivaron la muerte de tres personas (dos civiles y un policía) y llamó a deponer la violencia en la provincia de Islay, en Arequipa.
“No debe haber más víctimas (...) No más violencia. Llamamos a las fuerzas del orden y también a la población civil a reafirmar el respeto por los derechos humanos y por la paz”, se lee en el comunicado que lleva la firma del monseñor Salvador Piñeiro García-Calderón, arzobispo de Ayacucho y presidente de la CEP.
En la misiva se pidió también a las autoridades y a los protestantes retomar el diálogo alturado para que se restablezca la paz en esta zona del país.
La CEP resaltó la importancia de proyectos como Tía María al implicar altos niveles de inversión para la economía de la región y del país, creación de puestos de trabajo, importantes obras de infraestructura y el aporte a los recursos públicos.
Sin embargo, mostró su preocupación por las poblaciones que durante años viven de la agricultura, dinamizada en los últimos tiempos, la cual consideró necesario promover y proteger, puesto que favorece la alimentación y una muy importante generación de puestos de trabajo.
“En el importante Valle del río Tambo, para favorecer la agricultura, es necesario proteger el agua tanto superficial como del subsuelo. La calidad del aire y de la tierra es también esencial para lograr los necesarios niveles de productividad. Nuestra mirada debe incluir el bien común, el cuidado de la creación, un desarrollo verdaderamente humano, sostenible y solidario”, enfatizó.