— El mensaje presidencial y la decisión de hacer una pausa en el proyecto por parte de la empresa Southern, ¿era lo que esperaba? Creo que era necesario darnos un respiro. Todos los actores de este conflicto debemos hacer los mayores esfuerzos para que retorne la paz al Valle de Tambo, eso es lo primero.
— Pero la demanda de los dirigentes es la cancelación del proyecto, ¿esperaba eso del presidente o que imponga el Estado de derecho?Creo que una suspensión sale del marco legal. Si se llega a este punto debe ser como consecuencia de los documentos que los alcaldes dicen tener sobre observaciones insubsanables. Yo rescato lo dicho por la ministra de Energía y Minas (Rosa María Ortíz) en referencia a que si hubo fraude y falsedades debería declararse la nulidad pero necesitamos procesar esas denuncias.
— ¿No está negada la posibilidad de revisar y cancelar el proyecto?No solo en este caso, en todo procedimiento administrativo si se advierten vicios, procede la nulidad. Si hay la certeza sobre estas fallas no deberían temer someterlo en el espacio de diálogo para demostrarlo.
— Los dirigentes dicen que no es el momento de análisis técnicos sino de una salida social y política, y para la Cámara de Comercio la solución política hasta ahora ha sido tibia... ¿Qué esperaban? ¿Un Estado de emergencia que podría ser más peligroso y podría desatar una violencia sin freno?, o en el otro extremo, ¿una cancelación? Debo rescatar que esta pausa abre las avenidas para un diálogo sincero y franco.
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