Poco se sabe sobre las características y condiciones de vida de los 309.038 docentes que laboran en las escuelas públicas. Los resultados de la última Encuesta Nacional a Docentes de Instituciones Públicas y Privadas (ENDO), elaborada en el 2016 por el Ministerio de Educación (Minedu), brindan mayores precisiones sobre el tema.—En detalle—¿Cuál es el perfil del maestro peruano? Según la ENDO, tiene un rostro femenino, una edad promedio mayor de 40 años, ingresos bajos y muchas veces cuenta con una ocupación adicional que le permita solventar sus gastos. Trabaja mayormente en zonas urbanas y no está satisfecho con la valoración que el Minedu le da a su labor. [Ver cuadro]
A diferencia de otras ocupaciones, el 63% de los docentes es egresado de un instituto superior pedagógico, mientras que un 36% ha estudiado en una universidad, cifra que se reduce al 24% en el ámbito rural. El rezago también se da en el aspecto salarial. Según el portal Ponte en Carrera, una iniciativa del Minedu y del sector privado, el maestro actualmente ocupa los últimos lugares en el ránking de ingreso promedio de egresados, con S/1.350; es decir, un 39% de lo que percibe un egresado de la carrera mejor pagada (Geología).
—Tema de fondo—Hugo Ñopo, investigador principal de Grade, opina que el problema de partida está en la formación inicial de los docentes. La educación, a diferencia de otras carreras, no atrae a los mejores estudiantes de secundaria. “[Los estudiantes de educación] no solo ingresan con los puntajes más bajos a la universidad, sino que son entre uno y dos años mayores que los estudiantes de otras especialidades. Quiere decir que estos jóvenes intentaron más de una vez ingresar a carreras más prestigiosas, pero no lo consiguieron. Entonces, la docencia termina siendo un espacio de refugio”, explica. Esta realidad se refleja en la encuesta. Solo la mitad de los educadores señala que eligió su carrera por vocación, mientras que un 24% dijo que lo hizo porque le gustaba la idea de trabajar con niños y adolescentes. En tanto, el 14% manifestó que era la única carrera que podía pagar o la única opción disponible en su área de residencia. —Bajos ingresos—Los ingresos insuficientes, que son el principal reclamo del gremio, constituyen una preocupación recurrente para los maestros. Cabe recordar que el Minedu anunció –durante la reciente paralización del magisterio– que en noviembre próximo se incrementará el piso salarial de los docentes a S/2.000. La creciente brecha salarial también se observa en relación con otros países. Según la Unesco, el ingreso anual de un docente de primaria en el Perú bordea los US$7.146, cifra por debajo de países como México o Chile, donde alcanza los US$14 mil y US$18 mil, respectivamente.La ENDO, además, revela que cerca del 95% de los profesores públicos no está conforme con su salario, mientras que un 27% tiene una ocupación secundaria para financiar sus gastos. Más de la mitad de estos últimos opta por iniciar un negocio propio, frente a un 19% que elige trabajar en alguna otra institución pública o privada. Estos factores impactan en la opinión de los profesores respecto a su carrera: el 18% de los maestros públicos no elegiría nuevamente su ocupación, mientras que un 56% no quisiera que alguno de sus hijos dicte en un salón de clases. —Retos de política—Frente a este escenario, uno de los principales desafíos que tendrá el gobierno será el de mantener los altos estándares en la contratación docente, así como el incremento progresivo de las remuneraciones, opina Ñopo. Desde el 2014, unos ocho mil docentes han accedido a la carrera pública, mientras que 63 mil han ascendido y otros 23 mil han accedido a puestos directivos. “Las evaluaciones han sido impecables. Ingresaron ocho mil, pero se presentaron 160 mil; o sea, uno de cada veinte. La puerta de entrada se ha hecho bien estricta, no va a entrar cualquiera”, señala. Sin embargo, los maestros desconfían de la Ley de Reforma Magisterial y piden su derogación. Un 39% de los encuestados afirma que esa normativa los perjudica, mientras que solo un 25% la identifica con posibles beneficios. Las entidades educativas del Estado tampoco gozan de credibilidad entre los profesores. Un 34,1% confía poco o nada en el Minedu, mientras que esta cifra sube a 52% respecto a las direcciones regionales de educación (DRE). Idel Vexler, ex viceministro de Educación, cree que la evaluación de desempeño, que se aplicará a los docentes de educación inicial, debería implementarse gradualmente a partir del 2018, pero convocando anualmente a evaluaciones de nombramiento y contratación docente. En esta prueba, los resultados no han sido alentadores: de los 227.688 maestros que la rindieron, solo el 10,5% de los postulantes obtuvo el puntaje necesario para pasar a la segunda etapa del proceso. “No digo que no se tengan estándares altos, pero esto tiene que ser progresivo y con una capacitación continua. Los maestros que no pasaron la prueba de nombramiento han seguido trabajando como contratados en el sector público. Eso es un absurdo”, opina.