Víctor Calderón estudió Educación Física, pero es tres veces campeón nacional de marinera, enseña la danza y prepara a los futuros campeones del tradicional concurso que se realiza en Trujillo. La última vez que zapateó en la pista del Gran Chimú sucedió en 2007, cuando fue ‘parejo’ de Emilia Ahón, la notable bailarina que se convirtió en su “madre” y revive en cada pañuelo que él baila.
“No ganamos, algo que me dolió mucho, pero la considero mi madre dentro del baile. Si bien no me enseñó los primeros pasos, pues los aprendí solo, me inculcó el amor a lo nuestro, a la marinera. Inyectó en mí creatividad y libertad. No he vuelto a bailar [en el concurso] porque me interés era que mi última presentación fuera con ella. Y así ha sido. Es una especie de homenaje, un amor de gratitud eterna”, cuenta Calderón.
Emilia, ‘Milly’ Ahón, nos consternó con su muerte en julio de 2021. Ocho meses después, el “Chino” Calderón, quizás con la sabiduría que su “maestra” le imbuía, recuerda una frase que atesora en el alma. “Me dijo, tras perder, que ‘tres minutos de marinera no van a aplacar cincuenta años de existencia’. Me quedé pensando y dije, ‘tiene razón’”, narra.
Calderón vive en Buenos Aires, el balneario trujillano que el papa Francisco visitó en 2018 y donde él nació hace 72 años. Es fácil llegar a su casa. Antes de tocar el timbre, sus vecinos ya te sirvieron de guías. “Ahí vive el ‘Chino’”, indica una mujer de canas viejas en la puerta de su cochera.
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“Cuanto más conexión, mejor”, le dice el ‘Chino’ a la dos veces campeona nacional Valeria Morris, y luego tararea. En el segundo piso de su residencia, Calderón es el profesor, el maestro que no guarda ningún secreto que la marinera le ha dado en más de 50 años. “Empecé a enseñar en 1971, cuando aún bailaba. Desde ahí no he parado. Yo no tengo por qué quedarme con nada, se los doy todo; pero ellos no saben lo que me devuelven, pues todos los días aprendo”, refiere.
La pareja de Valeria es Juan Pablo Espinoza, tres veces campeón nacional. Ambos buscarán ganar hoy el título de Campeón de Campeones, categoría que el ‘Chino’ Calderón obtuvo en 1990 con Adela Ahón, hermana de ‘Milly’. Por eso dejaron su natal Lima para llegar a la casa del ‘Chino’.
“Cuando salgo del túnel hacia la pista lo busco. Su sola presencia me da mucha seguridad”, confiesa Valeria. Juan Pablo, apenas un año mayor, dice que ensayar con Víctor Calderón le ha dado un plus: “Desarrollar mi propio estilo”.
En la historia del concurso, Víctor Felipe Calderón Valeriano suma otros dos títulos: El primero fue en 1975, en la categoría adultos, y el último lo ganó con su sobrina Rocío del Pilar Abanto Calderón, en 2004, en senior.
Llora cuando le pregunto qué le ha dado la marinera. Su voz también se quiebra. Tras treinta segundos en silencio y de mirar hacia arriba, dice “ufff”, y pide disculpas. Asegura que le genera “muchas emociones”, que la marinera es el alma de su vida.
Tampoco quiere responder a si se considera un ícono de la marinera. “Se lo dejo a la gente”, se limita.
El ‘Chino’ Calderón es feliz enseñando, prefiere eso a estar en la pista, pero cada vez que ingresa o pasa por el Gran Chimú se enciende la cámara de recuerdos que guarda en el corazón, en el alma.
DATO: Para el ‘Chino’ Calderón, la marinera alimenta el alma y enriquece el espíritu. Añade que el cortejo en la pista de baile es fundamental.