El Ministerio Público de Trujillo ratificó su pedido de prisión contra el ex viceministro de Energía y Minas, Gustavo Adolfo Luyo Velit, por el presunto delito de contaminación ambiental, en la localidad andina de Sayapullo, provincia de Gran Chimú, en La Libertad.
La representante de la Fiscalía Provincial Especializada en Materia Ambiental de Trujillo, Lastenia Acuña Raza, hizo ayer su pedido de tres años de prisión y el pago de una reparación civil de S/. 50.000 en favor del Estado ante el juez Julio Arana Novoa, del Juzgado Mixto de Cascas, capital de la provincia de Gran Chimú.
De acuerdo con la acusación fiscal, quien fuera viceministro del presidente Ollanta Humala y actual asesor en el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) no cumplió con cerrar las canchas de relave de la corporación minera San Manuel S.A. cuando fue gerente general de la misma, del 24 de enero al 14 de noviembre de 2008.
En la acusación también están imputados los otros ex gerentes de la misma compañía, Carlos Montori Alfaro, Óscar Frías Martinelli y Adalberto Rivadeneira Gámez. En el caso de Montori, su cónyuge solicitó ayer la suspensión del proceso por encontrarse “grave” de salud; sin embargo, su pedido no fue aceptado por la sala.
En su defensa, Luyo aseguró ser inocente. Manifestó que durante su gestión no se generaron los relaves y que ordenó retirar el plan de cierre de los desechos mineros porque el Ministerio de Energía determinó que no pertenecían a la corporación minera San Manuel, antes compañía minera Sayapullo S.A.
Para el procurador público adjunto del Ministerio del Ambiente Martín Mijichich, Luyo Velit solo intenta confundir al juez con sus argumentos, pues “sí tiene responsabilidad penal”. “Higospampa y Vista Bella –las canchas de relave en cuestión– sí eran de propiedad de la empresa que él representaba”, sostuvo.
Tras la denuncia de un grupo de pobladores de Sayapullo, en el 2010 exámenes químicos efectuados a muestras sólidas recogidas en los pasivos ambientales confirmaron presencia de plomo, arsénico y cadmio, metales altamente tóxicos. Cinco años después, la situación no ha cambiado.