En la cuadra uno de la calle Francisco de Paula del distrito de El Porvenir, en Trujillo, algunos vecinos deben ingresar o salir de sus viviendas sorteando enormes muros de concreto o láminas de metal debido a que las puertas han sido tapadas por temor a que se inunden por la posible activación de la quebrada San Ildefonso y la caída de huaicos por las lluvias que se producen en esta parte del país.
► Trujillo: lluvias y posible activación de quebradas continúan afectando | FOTOS
“Lo que hemos hecho es colocar un muro de contención en la puerta de la casa para evitar que el agua ingrese en caso se active la quebrada San Ildefonso por las lluvias. Entramos y salimos por la escalera que hemos puesto sobre los ladrillos, pero los que sufren más son las personas de mayor edad”, indicó Reilzo Villacorta Escobedo, dirigente vecinal.La vivienda de Reilzo Escobedo se ubica a menos de cien metros de Mampuesto, cementerio por donde discurrieron las aguas de San Ildefonso en marzo del 2017 y dejaron miles de damnificados. Dos años después de los embates de El Niño costero, él y sus vecinos siguen sintiéndose ignorados por las autoridades. “Nada se ha hecho en este tiempo. Tememos que nuevamente se active la quebrada y vuelva a inundar nuestra casas”, añadió.Metros más allá, la puerta de la casa de doña Nora Granados ha sido tapada con sacos de arena. En el 2017, el inmueble fue sepultado por los siete huaicos que provocó la activación de San Ildefonso. “Hace dos años perdí todo y para evitar que la casa vuelva a inundarse, he puesto estos sacos”, contó.Los muros de concreto que se han levantado en este sector de El Porvenir no miden menos de 1,50 metros. Fueron levantados por los mismos vecinos, que, en algunos casos, prefieren ingresar a su vivienda por una escalera de madera que está atada a un poste de energía eléctrica y los conduce al segundo piso.A pocos metros de Mampuesto, unos 30 soldados de la 32 Brigada de Infantería del Ejército Peruano ayudan a los vecinos a llenar sacos de arena entregados por el municipio local para luego colocarlos en las puertas de las viviendas. “Esta no es la solución al problema, pero algo aguantarán si se sale el agua”, expresó Enrique Cruzado.
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