Ciudadanos y expertos han expresado su rechazo a un proyecto de remodelación de la avenida Balta, una de las principales de Chiclayo, que contempla retirar 42 árboles de la zona sin un plan de impacto ambiental especializado y concreto. Los vecinos de la zona ya han realizado seis plantones y un pasacalle para que la obra no continúe.
En la memoria denoscriptiva del proyecto, realizado por la Municipalidad Provincial de Chiclayo (MPCh), llamado “Renovación de vereda; adquisición de mobiliario urbano; en la Avenida Balta entre la Av. Pedro Ruiz y la Av. Garcilaso de la Vega”, se menciona que se tiene como objetivo “proporcionar al usuario el flujo peatonal en condiciones aceptables de transitabilidad”.
Sin embargo, este ha sido criticado no solo por la ciudadanía, sino por la misma Subgerencia de Parques y Jardines de la MPCh, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), la Dirección Desconcentrada de Cultura de Lambayeque, el Colegio de Arquitectos de Lambayeque y arquitectos urbanistas.
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Además, una de las empresas para ejecutar este proyecto, SECURGRAMA S.R.L. del Consorcio Asfaltos Urbanos, está inhabilitada para contratar con el Estado desde el 6 de mayo de este año hasta el 29 de abril del 2025 por presentar documentación falsa o adulterada a entidades, según el Registro Nacional de Proveedores (RNP). También estuvo inhabilitada por nueve meses en 2020.
Esto no aplicaría para la obra de la Av. Balta porque el contrato se habría firmado días antes, el 27 de abril del 2022 según el Organismo Supervisor de las Contrataciones del Estado (OSCE).
Eliminar árboles y jardineras
La MPCh publicó en sus expedientes que se talarían 42 árboles de la avenida Balta, que tienen entre 20 y 30 años de vida y son hogar para diferentes aves de la zona. Sin embargo, en una conferencia para rendición de cuentas el alcalde Marcos Antonio Gasco, dijo que serían 33.
James David Rojas Quispe, arquitecto paisajista y especialista en arboricultura urbana y quien fue asesor externo de la subgerencia de parque y jardines, dijo: “Dentro de los elementos de la naturaleza afectados por el proyecto [según dice en su Estudio de Impacto Ambiental], ellos determinan que la flora y fauna son los menos afectados y, definitivamente, son los más afectados. Se piensa talar 42 árboles pero verbalmente dicen 30, no está claro”.
Además, indicó que cuando llegaron los primeros documentos de este proyecto, desde la subgerencia hicieron un recorrido por la Av. Balta y verificaron el estado de los árboles y jardineras. “Los árboles y jardineras estaban en buen estado, entonces emitimos una opinión desfavorable: que el proyecto no era viable tal como estaba planteado”, dijo Rojas Quispe.
Esto se puede observar en el informe número 282 emitido por la subgerencia el 18 de agosto del 2021 donde menciona lo anterior y dice expresamente “Los árboles, salvo algunas excepciones, se encuentran en buen estado de conservación”.
La Av. Balta tiene unas jardineras altas que sirven de bancas para los peatones, además sostienen las raíces de los árboles. Esto también se pretende demoler.
“Aparte de los 42 arboles, son más de 200 bancas que se van a destruir – que son jardineras – y que tienen décadas de años en la avenida. Se van a remplazar por sardineles bajos. Más allá de eso, de quitar el mobiliario urbano, como son árboles que tienen décadas, las bancas han hecho de contenedores y cuando quiten las raíces van a quedar expuestas y se van a desestabilizar los árboles”, sostuvo Melissa Torres Samame, representante del colectivo Peaton Six de Chiclayo, quienes han seguido de cerca este proyecto.
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Problemas de infraestructura
Además del problema con los árboles, el Colegio de Arquitectos del Perú Región Lambayeque (CAP-RL) emitió un comunicado donde indicaba que para este proyecto era indispensable tomar en cuenta el tema de redes de agua y desagüe, así como cableado aéreo de telecomunicaciones.
“La municipalidad hace caso omiso a los comunicados o pronunciamientos del CAP-RL con temas estrictamente técnicos. Estamos en contra de que se hagan expedientes técnicos mal elaborados y así maquillen la ciudad con renovación de veredas, pero sin tomar en cuenta buzones de agua y desagüe que se van a deteriorar y las tuberías de agua y desagua de los domicilios en frente. Hemos visto que el proyecto no contempla eso”, dijo a El Comercio el decano del CAP-RL, arquitecto Wilmer Ramirez Namuche.
Y agregó: “No nos equivocamos al decir que está mal planteado. El expediente no contiene el impacto ambiental y saneamiento básico del área de influencia de la vereda. Ni siquiera contempla el tema de cables aéreos que no son estéticos para la ciudad que deben soterrarse”.
Paralización de la obra
Los especialistas consultados por este Diario sostienen que, a pesar de que este proyecto cuenta con una Declaración de Impacto Ambiental, la información no está completa, no es precisa y tampoco real. La Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA) sostuvo que si los informes de las diferentes áreas del municipio y del Serfor –entidad que confirmó a este Diario que ya envió la información necesaria– indican que la obra es inviable, se dará una medida cautelar para que se paralicen los trabajos.
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