Hoy la familia de Carlos celebra la Navidad con una felicidad que creían inalcanzable. Durante cinco años intentaron concebir con tratamientos de todo tipo. Entonces, guiados por la esperanza –dicen ellos–, decidieron seguir el camino de la adopción. Más de un año después de presentarse como una pareja dispuesta a recibir a un niño en abandono, la noticia les llegó con una llamada telefónica. “Es una de las llamadas más felices que hemos recibido”, dice entre risas la hoy madre de Carlitos, de 2 años y 7 meses.
En lo que va del 2016, 170 niños y adolescentes han sido adoptados en el país (97 por familias extranjeras y 96 por peruanas), según cifras del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP). El año pasado fueron 176 los menores en abandono que se integraron a nuevas familias.
“La política que están asumiendo los gobiernos de la región es reinsertar al menor en su familia original y así reducir el número de menores dados en adopción”, explica Mayerlin Pacheco, directora general de Adopciones del MIMP. La funcionaria recuerda que en el país aún no se pueden disminuir las adopciones, pero que ese será el objetivo con la reorganización que se inició en el sector desde setiembre.
La ministra Ana María Romero-Lozada anunció esta medida luego de que se revelara el maltrato que sufrieron tres niños peruanos por parte de sus padres adoptivos en Kansas, Estados Unidos (ver recuadro).
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Las trabas
Hace 10 días, un bebe de seis meses fue encontrado en medio del desmonte en un mercado de San Juan de Lurigancho. Estaba sucio y cubierto apenas con una manta de colores. “Si ya no quieren tenerlo, que lo entreguen a una familia que lo pueda criar, no lo dejen así abandonado”, pidió el comisario Carlos Hernández luego de rescatarlo.
En los 46 albergues del Inabif hay 1.787 niños y adolescentes que son atendidos por el Estado por estar desamparados. Según el MIMP, 321 de los niños y adolescentes que están internados en estos centros de atención residencial y en otros albergues privados han sido declarados en abandono por el Poder Judicial.
Solo en lo que va del año hay cerca de 300 parejas que están en lista de espera para adoptar a un menor.
Entonces, si hay niños en abandono y familias que quieren adoptar, ¿dónde surge el entrampamiento? Según el MIMP, las dificultades se presentan en la declaración del niño en estado de abandono. Esta resolución la expide el Poder Judicial, pero la investigación de los antecedentes del menor –para saber si puede regresar a su hogar o si hay algún familiar que lo reclame– la hace la Dirección de Investigación Tutelar del MIMP.
“Hay casos de recién nacidos que son abandonados y las resoluciones se demoran hasta dos años. Eso me parece exagerado, porque no debería durar ni seis meses. Incluso algunas se expiden cuando el menor ya es adolescente”, refiere Pacheco.
La funcionaria explica que la demora se da porque el Estado busca restituir a los menores en sus familias de origen. Sin embargo, en muchas situaciones eso es casi imposible. “Algunos niños son visitados cada cierto tiempo por un pariente lejano y por eso no se les puede declarar en abandono”, agrega la funcionaria.
La abogada especialista en derechos de niños y adolescentes, María Consuelo Barletta Villarán, explica que el juez otorga esta condición cuando se prueba alguno de los supuestos del artículo 248 del Código de los Niños y Adolescentes, como que se encuentre en total desamparo. Sin embargo, ella critica que este sistema no ha dejado de ser asistencialista, ya que busca dar atención al niño sin romper el vínculo con su familia biológica, cuando lo que corresponde es tomar decisiones prontas para insertarlo en una familia, sea propia o no. “Los niños siguen creciendo en albergues, y todavía falta consolidar un sistema que con celeridad y con garantías evalúe la idoneidad de la familia biológica, y pueda contribuir a definir la condición de los niños”, afirma Barletta.
Enrique Varsi, experto en derecho civil de la Universidad de Lima, considera que lo que se necesita es modificar y modernizar la legislación para hacer más viable y ágil la adopción en favor de los menores. “La adopción en el país, en vez de ser rigurosa, es demasiado densa y dificultosa”, dice.
En una entrevista concedida recientemente a El Comercio, la ministra Romero-Lozada indicó que la reorganización planteada en el MIMP buscará disminuir el exceso de documentación que se solicita para poder adoptar a los menores, así como mejorar el seguimiento a los niños que son adoptados. “La reorganización está en marcha”, prometió la funcionaria.
Aspectos a tomar en cuenta en la reorganización del sistema de adopciones
1. Más acercamiento con las parejas interesadas en adoptar.
Las personas interesadas en adoptar un niño en abandono tenían que pasar por una inscripción online, la cual era dificultosa y regularmente presentaba problemas técnicos. Ahora, la inscripción se realiza de manera presencial, telefónica o por correo electrónico. Además, las charlas informativas para las parejas también son presenciales y se realizarán mensualmente. Antes, estas reuniones se realizaban con una frecuencia de cada tres meses.
2. El seguimiento del proceso adoptivo será personalizado.
Luego de lo sucedido con los menores peruanos en Kansas, se han implementado sectoristas para familias. Según explica la titular de la Dirección General de Adopciones del MIMP, Mayerlin Pacheco, los sectoristas estarán a cargo del proceso de adopción de menores de una sola familia para que se elimine el sistema rotativo que funcionaba antes. “Los expedientes se repartían a todos y los casos pasaban por diferentes encargados”, señala Pacheco.
3. Unidades de adopción en regiones en mal estado.
En un diagnóstico realizado al sector se encontró que las unidades de adopción ubicadas en las regiones carecían de monitoreo, tenían problemas logísticos y algunas ni siquiera tenían acceso a Internet. El MIMP ha iniciado las visitas de supervisión a las unidades de adopción de Ayacucho, Junín y Huánuco, y ha programado la inspección de las unidades de Cusco, Loreto y Piura, priorizando las que presentan problemas o limitaciones.
4. Falta mejorar la relación con los jueces a cargo de menores en abandono
El MIMP reconoce que la dilación en la declaratoria de abandono por parte del PJ es uno de los pasos que más retrasa el proceso. Por ahora solo han anunciado mejorar la coordinación con los jueces encargados. Se están realizando reuniones con representantes del PJ. Para la especialista María Consuelo Barletta, es necesario que el MIMP conozca los criterios que están predominando en los jueces para determinar si la investigación del menor es completa o insuficiente.