Después de una hora de viaje en deslizador por el río Amazonas, desde Iquitos, se llega al distrito de Mazán, en la provincia de Maynas (Loreto). En esta localidad de 14 mil habitantes, por ahora la pobreza se impone al trabajo de la población, más no al esfuerzo por mejorar sus condiciones de vida.
Una iniciativa municipal, emprendida en el 2011, permitió ganar un concurso convocado por la Asociación Red Innova y la Fundación Bernard van Leer para ser uno de los cuatro distritos beneficiarios del proyecto Creciendo Juntos. Este consiste en la asignación de un fondo de S/.100 mil para disminuir la desnutrición infantil y mejorar los accesos a los servicios de salud, nutrición, aprendizaje y protección de madres gestantes y niños de hasta 3 años.
“Desde hace 4 años las familias en riesgo acuden a los centros de vigilancia comunal donde se les capacita sobre el desarrollo de los niños desde la gestación hasta los 3 años”, comenta Gisella Chota, una de las promotoras del proyecto, quien refiere que actualmente atienden a 184 familias.
“La intervención se realiza con apoyo de los centros de salud. Se controla el peso y talla de los menores, y se realizan capacitaciones a través de visitas en el hogar donde se interactúa con todos los integrantes de la familia”, agrega por su parte Paola Celis, otra de las promotoras.
Edward Reátegui Salas, alcalde de Mazán, reconoce que la inversión del Estado es insuficiente para superar las brechas. “Es allí donde se siente la importancia de la cooperación externa”, manifiesta. En este distrito, como en la mayoría de la selva, el abastecimiento de agua potable es una especie de suerte para algunas familias que disponen del servicio solo por algunas horas.
“El trabajo con gestantes y niños es loable. Confiamos en que pronto superaremos los índices de desnutrición”, agrega el burgomaestre.
Resultados satisfactorios
Desde que se inició el proyecto, más de 2.000 menores de 3 años han sido atendidos. Además de Mazán, han sido beneficiadas comunidades de los distritos de Las Amazonas e Indiana, también ubicados en Loreto.
Maribel Díaz, una de las beneficiarias, asegura que su hija Cecia, de 2 años, ya no tiene afecciones cutáneas ni problemas diarreicos.
“Ella ha aprendido a realizar un adecuado lavado de manos, con eso se reduce el riesgo de que se enferme”, señala.Para la directora de Red Innova, Regina Moromizato, el éxito de la intervención se refleja en las estadísticas.
En Mazán el índice de la desnutrición en los niños menores de 3 años pasó de 24% a 15%, en Indiana se redujo de 29% a 20%, mientras que en Las Amazonas varió de 12% a 10%.
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