“No todos nos sentimos peruanos de la misma manera”, escribió en un reciente artículo en El Comercio el psicólogo Hernán Chaparro. En este –vamos a llamarlo así– sentimiento de peruanidad hay componentes inclusivos (como el orgullo mismo y el sentido de pertenencia a un colectivo) y aquellos que parten de las diferencias (los sentimientos de endogamia, la animosidad y el sentimiento de superioridad), dice Chaparro de acuerdo con un estudio efectuado por GFK.
— ¿Usted diría que el peruano es naturalmente nacionalista? Yo diría que, en general, el nacionalismo es uno de los componentes de la identidad y la cultura regional. Pero en el Perú, a diferencia de España, el Reino Unido o Canadá, donde es muy marcado y estructurado como tal, el nacionalismo no existe o existe de manera muy tenue. No hay un discurso estructurado nacionalista, más allá del de Arequipa, que es visto incluso desde la broma, aunque sí es cierto que en algún momento se habló de grupos en Puno que coordinaban con Bolivia para una suerte de autonomía.
— Desde la psicología social local, ¿cómo está distribuido el Perú? Tenemos a Lima como el gran conglomerado (a pesar de que es un crisol de diferentes identidades). Luego tenemos la costa norte, que poblacionalmente es más importante que la sierra norte, donde hay mucha dispersión. Está, por otro lado, la sierra sur, mucho más poblada que la costa sur. Y tenemos finalmente la selva, que es como un mundo aparte, un entorno mucho más colectivo y donde el medio ambiente que los rodea tiene una mucha mayor relevancia.
— ¿Un limeño o un trujillano (costa norte), un puneño (sierra sur) y un pucallpino (selva) se sienten peruanos en la misma dimensión?Hay algunos elementos para pensar que sí. En todo el proceso de desarrollo de los medios de comunicación, sean electrónicos o impresos, pero también de las carreteras y vías de acceso, ha aumentado el nivel de comunicación y hay símbolos compartidos, elementos que articulan, aunque sean frágiles. El Perú es una nación en construcción, es cierto, porque esos vínculos son frágiles. Pero sí diría que hay algunos elementos en conjunto como país.
— Una encuesta de GFK indicaba que un tercio de limeños tiene al menos un progenitor nacido en el interior. La capital es mucho más provinciana de lo que se cree. Yo le llamo ‘limenciano’ al limeño que tiene uno de sus padres, o los dos, nacidos en provincias. Ellos explican sus casos como el desarrollo de hábitos y prácticas en el entorno de una Lima hostil, competitiva, con bajos niveles de confianza interpersonal, muy agresiva. Y al mismo tiempo hay una cierta idealización de la vida en el interior del país. Cuando el provinciano que está en Lima narra lo que vivía en su tierra originaria, parece que todo era mejor, más tranquilo, donde la gente era más solidaria, porque el provinciano se ayuda, el limeño es egoísta. Cuando le hablas de esto al limeño provinciano, ahí se arma la división. En estos casos los provincianos hablan de cómo el limeño es diferente a ellos, es egoísta, no es trabajador.
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