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Más de 1.000 agentes subieron hasta un remoto nevado en los andes de Puno, cercano a la frontera con Bolivia, donde destruyeron 18 campamentos usados por miles de mineros artesanales que extraen oro ilegalmente, informaron el viernes la fiscalía del medioambiente y un alto comisionado del sector minero.
La explotación del mineral contamina con relaves un río que recorre 300 kilómetros hasta desembocar en el lago binacional Titicaca, el mayor cuerpo de agua dulce de Sudamérica.
Los agentes que llegaron armados en decenas de buses hasta una meseta del nevado Ananea, ubicado a más de 4.900 metros de altitud en los Andes del sur, también dinamitaron 37 plataformas de madera que sirven para seleccionar el oro y 13 motores usados para bombear agua en una zona destruida por la minería informal durante más de 15 años consecutivos.
Difícil tareaLa ruda geografía junto a la extrema altitud provocó que los policías usen por momentos tanques de oxígeno para recuperarse de dolores de cabeza y náuseas. La operación policial empezó a las cinco de la madrugada cuando la temperatura era de cero grados. El relieve de la zona mostraba un horizonte extenso lleno de huecos enormes con agua y montículos de tierra.
También destruyeron 150 galones de combustible y más de 9 kilómetros de mangueras usadas para lavar el oro, informó en un comunicado enviado a la prensa la fiscalía del medioambiente. Se añadió que la operación fue realizada junto a funcionarios de la presidencia del consejo de ministros, de la Autoridad Nacional del Agua y del Ministerio del Interior.
Zona prohibidaEl alto comisionado en interdicción de minería ilegal, Juan Fernández, dijo a The Associated Press que la minería en la zona está prohibida porque “se trata de la cabecera de cuenca del río Suches”. Fernández se reunió en la línea de frontera con funcionarios bolivianos a los cuales mostró cómo mineros en territorio fronterizo de Bolivia contaminaban la cuenca hidrográfica del mismo río que comparten ambos países. En junio, ambos países firmaron un acuerdo para acabar con la minería ilegal que afecta el río Suches y el lago binacional Titicaca.
La minería ilegal es un delito en Perú desde 2012 y desde esa fecha hasta marzo de 2015 lavó activos por más de 4.299 millones de dólares, según cifras de investigadores oficiales. El oro extraído de los Andes y de la Amazonía termina siendo exportado a diversos países entre ellos Estados Unidos y Suiza, según la fiscalía.
Según el gobierno, la minería ilegal genera la aparición de burdeles cercanos a los campamentos mineros. Expertos en el tema calculan que existen unas 3.000 mujeres víctimas del delito de trata sexual en esa región, entre las cuales se encuentran mujeres peruanas y bolivianas esclavizadas sexualmente por grupos criminales.
Perú es el primer productor de oro en Latinoamérica y el séptimo a nivel mundial. Según cifras oficiales, al menos 5% de las 141 toneladas de oro producidas en el país en 2014 provinieron de la minería no autorizada.
(Fuente: AP)