BEATRIZ GARCÍA BLASCO
El programa Beca 18 cerró sus inscripciones y solo 9 de los 23 postulantes de Sepahua, en Ucayali, fueron registrados al 100%. Ni el cashinahua Abraham Bardales ni la yine Yosleydy Canayo ni el asháninka Alexander Cahuinti consiguieron acceder a esta oportunidad que da el Estado a los jóvenes de bajos recursos. Sus historias fueron publicadas hace una semana en El Comercio, ya que, con suficientes pruebas para demostrar que son pobres extremos, no son considerados así.
El que reevalúa a estos jóvenes para ser considerados en su real condición económica es el Sistema de Focalización de Hogares (Sisfoh). A raíz de la nota aparecida en este Diario, un representante de Sisfoh viajó a Sepahua el sábado pasado y comprobó la complicación del acceso, pues demoró 18 horas en un viaje que suele tomar 7 horas.
La demora se debió a que el motor se malogró y el funcionario recién llegó de madrugada. Lo hizo en otro bote que lo auxilió gracias a una llamada desde la copa de un árbol. Solo ahí hay cobertura telefónica.
La función de este representante del Sisfoh era “validar información”. Sin embargo, no visitó ni una vivienda. Tomó datos de 39 jóvenes que ahora vuelven a ilusionarse con otra variante de la Beca 18, la ayuda a comunidades nativas amazónicas, y se marchó en poco más de 24 horas.
“Le ofrecimos ampliar su estancia para llevarlo a las comunidades, pero llamó a sus superiores en Lima y no se lo autorizaron”, informa el alcalde, Luis Adauto.
La Defensoría del Pueblo remitió oficios a los ministerios de Educación y de Inclusión Social. Al ministro Jaime Saavedra se le solicita ampliar los plazos para que estos jóvenes puedan acceder a la beca. A la ministra Mónica Rubio se le pide actualizar el padrón.
Ambos documentos toman los nombres de Abraham, Yosleydy y Alexander como ejemplos, pero hay más en otros rincones. En Echarate, Cusco, lo complicado es que algún promotor cruce el peligroso Pongo de Mainique. En Purús, donde solo se accede por aire, nadie quiso ir a tomar examen y se trasladó a los alumnos en vuelo cívico a Pucallpa.