En una hoja de vida que parece arrancada del libro de Satán, y fechada el 13 de mayo del 2010, Heriberto Benítez pasa revista a su carrera. En el acápite ‘Tareas democráticas y lucha contra la corrupción’, destaca lo siguiente: “Colaborador del programa radial y de la Revista ‘Juez justo’, destinada básicamente a luchar frontalmente contra la corrupción que existe en el vientre del Poder Judicial y Ministerio Público”.
Por si no lo recuerdan, “Juez justo” fue el órgano usado por la mafia de Orellana para amenazar y destruir las honras de jueces, fiscales y procuradores que la denunciaban. También la emprendían contra los dueños de los terrenos que enajenaban con malas artes.
En el mismo acápite, Heriberto destaca, modestamente, otro de los que considera aportes a su lucha contra el mal: “Presidente de la asociación Unidos contra el Narcotráfico y Lavado de Activos (UCONA). Hemos denunciado al juez civil del Cono Este de Lima, Édgar Vizcarra, por enriquecimiento ilícito [...]; asimismo se ha denunciado al ciudadano Jorge Pazos Holder por una serie de ilícitos penales”. ¡A que ya adivinaron! El juez intentó frenar una tremenda estafa del clan y terminó de acusado. Pazos Holder era víctima de una las ‘expropiaciones’ de Orellana y, como tenía recursos y rabia, fue su némesis.
Para cerrar con el pecho inflamado su hoja de vida, Heriberto nos enrostra este laurel: “2005. Condecorado con la Medalla Madre Teresa de Calcuta otorgada por la Sociedad Civil Sembrando Valores”. No es broma.
–El buen caviar–Por mucho tiempo, Benítez luchó contra los malos. Su ejecutoria en la defensa de los derechos humanos y el combate a la corrupción y el autoritarismo fujimontesinista no es impecable, pero sí implacable. Y valiente. A fines de 1992 defendió a Jaime Salinas Sedó, el líder del grupo de militares y civiles que conspiró contra Fujimori pos 5 de abirl. En 1993 fue abogado de deudos de las víctimas del Caso La Cantuta, poniéndose en la mira del grupo Colina. También defendió al general Rodolfo Robles, quien confirmó la existencia de los Colina y fue recluido en el Real Felipe.
Defendió a Susana Higuchi cuando ella juró acabar con la carrera de Alberto y se le asoció, ya en el segundo mandato, a cuanta causa antifujimorista se convocara. Hasta que algunas de sus defensas dejaron cabos sueltos: el caso de Leonor La Rosa, ex agente del SIN discapacitada por ser presuntamente torturada, popularizó a Heriberto en la tele: allí consolidó su estilo beligerante, alegoso, como dando a entender que de la retórica que aprendió en el Apra podía pasar a las manos.
Posteriores investigaciones pusieron en duda que las torturas discapacitaran a Leonor. Lo más probable es que tuviera problemas de salud previos que, tras el trance que padeció en el SIN, derivaran en una condición clínica.
Otro caso polémico fue su defensa de los hermanos José Luis y Frank Áybar Cancho. En principio aparecieron como meras víctimas de Montesinos, pero se demostró que estuvieron vinculados al tráfico de armas hacia las FARC. Se acusó a Benítez de haber recibido dinero de ellos para financiar su campaña al Congreso. La fiscalía archivó el caso.
–De la corte a la curul–La fama cívica de Heriberto le revivió las ambiciones políticas que –cuentan los apristas– tuvo ya en 1990. En el 2000 candidateó sin éxito por Somos Perú. En el 2001 sí tuvo fortuna con el FIM de ‘Popy’ Olivera. Su bancada fue aliada de Toledo, lo que no impidió que más adelante se mofara de su actual patrocinado. Lo llamó ‘Pinueve’, fustigando su mendacidad.
Durante el gobierno de García se fortalecieron sus relaciones con el lado oscuro: empezó su asociación con el clan Orellana y con el clan de César Álvarez, el hoy recluido ex gobernador de Áncash. Fue por esa región que volvió al Congreso en el 2011, con Solidaridad Nacional. Aunque en un principio defendió a Ezequiel Nolasco, luego su cercanía con Álvarez y el Caso ‘La Centralita’ lo enemistó con la hija del asesinado Nolasco.
Benítez llegó a la cima de la controversia cuando el Congreso debatió el levantamiento de su inmunidad y recibió el apoyo del humalismo, que necesitaba desesperadamente su voto. Hoy otro ex presidente en desgracia lo necesita desesperadamente.
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