Un equipo de El Comercio llegó hasta la Diroes para contactar al ex presidente Alberto Fujimori. Logramos acceder en dos oportunidades a su celda: el 26 de agosto y el 11 de setiembre de este año. En la segunda ocasión lo hizo acompañado por un ilustrador de este Diario.
En el diálogo de agosto –que duró 15 minutos–, Alberto Fujimori con un hablar pausado manifestó sentirse bien de salud. “Me siento absolutamente bien, voy a estar fuerte para la campaña”, comentó, sentado frente a una mesa blanca de plástico, en un ambiente que utiliza como oficina.
En ese espacio, de unos 25 metros cuadrados, tiene una refrigeradora, un escritorio, un estante de libros (en el que sobresale la colección enciclopédica “Hispánica”) y cuadros con el rostro de su hija Keiko.
El deseo de Fujimori“Después de la victoria [de Keiko], ya me puedo morir”, fue uno de los comentarios a modo de broma que hizo Alberto Fujimori durante la conversación. El interno evitó abordar a fondo los temas políticos. En esa visita, el ex presidente vestía un pantalón jean, una camisa crema y un chaleco azul.
En el encuentro de setiembre, el ex mandatario fue más cauto y solo comentó que pensaba dibujar sobre sus sueños, los que no quiso describir. En el ingreso al penal se aprecian unos pinos plantados por el propio ex presidente, cubiertos con una malla.
Alberto Fujimori está permanentemente acompañado por quien actúa como su asistente personal, Santos Paredes Becerra, ex coordinador del despacho congresal de Kenji Fujimori hasta el 2013.
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Alberto Fujimori recibió más de 650 visitas en últimos meses ► https://t.co/AdIhLDIYEE (Por A. Ramos y J. Weston) pic.twitter.com/KVr1LHi7Ak— Política El Comercio (@Politica_ECpe) noviembre 12, 2015