ROCÍO LA ROSA @chiolaro
La pregunta del millón sobre el Caso López Meneses sigue siendo, desde el pasado 13 de noviembre, cuando Willax TV y El Comercio denunciaron el hecho, quién ordenó el irregular resguardo policial a la casa del ex operador de Vladimiro Montesinos.
Mucho ruido y pocos resultados se han obtenido desde entonces. Renunció el ministro del Interior, Wilfredo Pedraza se destituyó a por los menos seis altos mandos policiales, y el presidente Ollanta Humala concluyó que se trataba de un caso de corrupción policial. Desde entonces, el caso se investiga en el Ministerio Público, el Fuero Militar Policial y el Congreso.
Precisamente ante este último fuero se presentan hoy el ex director general de al PNP, Raúl Salazar, y el general PNP Luis Praeli, quien era jefe de la VII Dirección Policial cuando estalló el escándalo.
El resguardo irregular se dispuso durante la gestión del primero, y se amplió a la casa del padre de López Meneses, por orden del segundo. ¿Qué deberán aclarar ambos ante la comisión?
RAÚL SALAZARLa orden para resguardar la casa de López Meneses data del 29 de mayo de 2012, y fue firmada por el general PNP Aldo Miranda, entonces jefe de la VII Región Policial.
Según contó Miranda en su momento, fue Raúl Salazar quien lo llamó y le dijo que el almirante José Cueto se iba a comunicar con él para solicitarle dicho resguardo. Efectivamente, lo llamó una persona que se identificó como Cueto y le dio la dirección de la vivienda en cuestión: jirón Batallón Libre de Trujillo 209.
Salazar replicó que fue Cueto quien lo llamó para solicitarle tal resguardo, hecho que el ex jefe militar negó rotundamente. En este punto crucial, chocan la palabra de Salazar contra la de Cueto. El ex jefe policial dijo temprano que hoy ratificará “su verdad”.
LUIS PRAELILuis Praeli deberá explicar por qué cuando asumió la jefatura de la VII Dirección Policial, en marzo de 2013, no verificó que el almirante José Cueto no vivía en la casa que gozaba de una inusual protección, incluso superior a la que tiene el domicilio del presidente Humala. “Debimos verificar”, admitió en su momento. “Son puestos ordinarios que nosotros asumimos y heredamos”, agregó.
Pero Praeli también debe aclarar por qué en agosto del año pasado sí ordenó que dos patrulleros, y hasta un portatropa, vigilaran los exteriores de la vivienda del padre de López Meneses. La justificación de Praeli fue reforzar la seguridad en todo el perímetro cercano a la propiedad de Humala tras la operación Camaleón.
Tal disposición no llamaría tanto la atención sino fuera porque Praeli admitió que Óscar López Meneses era un conocido suyo, e incluso lo describió como una persona “querendona”. Eso explica por qué lo invitó a la ceremonia del 8 de noviembre del 2013 por el aniversario de la Región Policial de Lima, en el cuartel El Potao, y por qué asistió un año antes al bautizo del hijo menor de López Meneses.