1.El ‘Chino’ y Dina
La operación para hacer pasar a Alberto Fujimori por el ojo de una aguja (ver crónica aparte) había sido develada con su reciente afiliación a Fuerza Popular. No tardó en llegar, el domingo pasado, el anuncio en las redes de Keiko –con soundtrack grave y romántico- de que ella preferiría que su padre fuese el candidato presidencial. A Dina no le molesta que sea Alberto Fujimori o cualquier otro quien atraiga el debate; porque cuando ella lo atrae es para ser imán del caso de los Rolex, del de su hermano Nicanor, de su falta de posición de fondo sobre la ley que declara la prenoscriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad y, en general, de su vulnerabilidad ante cualquier exigencia del Congreso o de los gobiernos subnacionales que conocen sus puntos flacos y sus manos abiertas cuando de pedir créditos suplementarios y aprobar transferencias extraordinarias se trata.
“[Dina] es vulnerable ante cualquier exigencia del Congreso o de los gobiernos subnacionales que conocen sus puntos flacos y sus manos abiertas”.
Dina habla a menudo, claro que sí, pero solo en eventos y presentaciones públicas sin acceso a la prensa (la excepción sucedió en su conferencia de prensa de la semana previa y no parece ansiosa por repetirla pronto). En esas ocasiones aprovecha para tocar su agenda no problemática: destrabes, China, algunas iniciativas en el Minedu, el Minsa y el Midis, u operativos contra la inseguridad que le prepara el ministro Juan José Santiváñez. A veces, replica a sus opositores, como el miércoles cuando dijo que “no es necesario bloquear carreteras, dialoguemos”, aludiendo, quizá, al anuncios de paro convocado por la CGTP para el viernes 19 (más como homenaje a uno de mucho impacto el 19 de julio de 1977, que como sueño movilizador). Dina no se expone más, pero sí expone a los ministros para que la defiendan. El primer ministro Gustavo Adrianzén quiso responder por la coincidencia de que la Contraloría General de la República (CGR) anuncie que ha encontrado indicios de un presunto desbalance patrimonial en la presidenta con el hecho de que el Ejecutivo proponga a César Enrique Aguilar como próximo contralor (a pesar del deseo de Nelson Shack de repetir el plato) y que se haya limitado el presupuesto a la CGR para realizar su promovido ‘control concurrente’.
“La presidenta, ausente de estas conferencias, no busca el protagonismo; ni le preocupa que esta semana se lo llevaran los Fujimori”.
2. Tregua en la Línea 2
El ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez Reyes, se reunió el martes con el alcalde Rafael López Aliaga, para limar asperezas en torno a las obras ya comenzadas de la estación central de la Línea 2. RLA dio una señal de paz, anunciando que desistía de la demanda de habeas corpus para paralizar obras y plan de desvíos. Aunque no parecía muy probable que el PJ osara ordenar la paralización de una obra de semejante envergadura; se puede argüir que la resistencia del alcalde igual tiene y tendrá duros efectos secundarios para el concesionario del metro y para el MTC que lo respalda: el alcalde provincial de El Callao, Pedro Spadaro, ensayó una resistencia similar a la de su ahora correligionario López Aliaga (se ha afiliado a Renovación Popular); y la rectora de la Universidad de San Marcos, Jerí Ramón, promete encabezar el rechazo, aprobado en consejo universitario, de la comunidad sanmarquina al plan de cierres que les tocará para la construcción de la estación subterránea que llevaría el nombre de la universidad. Las molestias inmediatas pesan más, en la lógica de las autoridades académicas y los delegados estudiantiles, que la gran accesibilidad que tendría la universidad en el futuro.
3.Tengo puentes para ti
En la habitual conferencia de prensa tras el consejo de ministros de los miércoles, el MEF José Arista se refirió a un pedido de crédito suplementario por alrededor de S/.3 mil millones, que se destinarían principalmente “a la construcción de 600 puentes” en todo el país. Arista subrayó que ello dinamizaría la inversión pública pues implicará transferencias presupuestales a regiones y municipalidades provinciales y distritales. Se configura así, salvando buenos propósitos descentralizadores con obras necesarias, esa idea de gobierno débil en busca de clientela y aliados a los que no necesariamente se le asignará lo prioritario fruto de una planificación ni será ejecutado con eficiencia. La proliferación de puentes, recuerden, ha estado previamente entre las promesas de Rafael López Aliaga para aligerar la congestión limeña; de modo que no podemos descartar que la oferta de aquellos, con todo su simbolismo de mano tendida, sea otro elemento de negociación con el vecino de la Plaza de Armas (ver el punto anterior sobre la Línea 2). La presidenta, ausente de estas conferencias, no busca el protagonismo; ni le preocupa que esta semana se lo llevaron los Fujimori. Un alivio para ella: el Congreso le archivó la denuncia sobre las muertes en las protestas, pero evalúa la de los Rolex. ¿Podrá frenar eso con transferencias, o sea, con plata?