Pablo Sánchez fue elegido ayer nuevo fiscal de la Nación. Asegura que Marita Barreto no es la única magistrada que ha sido amedrentada y que su institución ha solicitado al Ministerio del Interior reforzar la seguridad personal y domiciliaria de estos funcionarios.
—¿Cómo se siente después de que la Junta de Fiscales Supremos lo haya ratificado como fiscal de la Nación para el período 2015-2018? Me siento con bastante responsabilidad, pero también más tranquilo porque ya asumo el cargo con titularidad y no como fiscal de la Nación encargado del despacho. Me da más fortaleza y más seguridad.
— ¿Cuáles son las reformas de fondo que hará?La primera gran reforma tiene que ver con una modernización administrativa, una reestructuración […]. Eso implica mejorar y agilizar los trámites administrativos que hay en la institución, hacerla más ágil.
— ¿Qué hará en el ámbito funcional, de las investigaciones?Vamos a fortalecer las fiscalías y vamos a dar mayor fuerza operativa y logística a aquellas que ven casos importantes y emblemáticos.
— ¿Como cuáles? El Caso Orellana, el de la Interoceánica, los casos que más alarma colectiva generan.
— ¿Y el de la primera dama?Todos los casos.
— El de la primera dama es emblemático, ¿no?Todos, todos. Si usted me pregunta por el de la primera dama, le digo que también ese caso, todos los casos se incluyen. Puedo decirle también los de un ex funcionario o ex presidente, igual.
— ¿Qué va a cambiar?Darles el respaldo en principio, para que trabajen con mayor objetividad, independencia, imparcialidad y también satisfacer las necesidades logísticas que requieran […] Van a tener todo nuestro respaldo para que su trabajo pueda mejorar. Queremos resultados y esto es lo que vamos a buscar en esta gestión.
— Esos resultados qué implican. ¿Cuándo podrían concluir estas investigaciones?Eso no lo puedo decir porque depende de cada caso. El Caso Orellana, por ejemplo, tiene más de 50 personas investigadas. Lo que quiero es poner énfasis en abreviar los tiempos, que se acuse a las personas y se las sancione si son responsables.
— Hace poco usted me dijo que no había recibido ninguna presión y que si las recibiera lo denunciaría. ¿Ha ocurrido?No, no ha habido ningún tipo de presión. Quizá ha habido expresiones un poco incómodas, pero presión directa o indirecta no la he sentido.
— ¿A qué tipo de expresiones se refiere? No tiene sentido ahora comentarlas.
— ¿Fueron del presidente Ollanta Humala?No, no fueron del presidente.
— ¿De autoridades?Sí de autoridades. Lo que queremos es trabajar decentemente.
— ¿Qué le preocupa de estos casos emblemáticos?Me preocupa que se puedan dilatar demasiado y que en esa dilación del proceso no haya resultados inmediatos. Así como la ciudadanía tiene derecho a saber qué pasa con estos casos tan alarmantes, también hay un interés del particular de saber cuál es su situación. Eso me interesa y me preocupa a la vez.
— ¿Sus fiscales son presionados?No me han dicho eso. Alguno que otro sí me ha dicho que ha recibido alguna amenaza.
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