Tuvieron que pasar 31 años para que el ex subteniente Telmo Hurtado sea condenado por un tribunal civil por la masacre que protagonizó en Accomarca (14 de agosto de 1985). Cuando entonces era un oficial de 23 años del Ejército y ordenó que su salvaje patrulla “Lince 7” abriera fuego y haga explotar los cuerpos de 69 campesinos.
Telmo Hurtado fue sentenciado ayer, después de casi 6 años de juicio, a 23 años de prisión por haber sido autor de la masacre. La Sala Penal Nacional también condenó a otros nueve miembros del Ejército de mayor o menor jerarquía que él.
Lo sucedido en Accomarca ha sido calificado por años como una de las matanzas más brutales perpetradas por militares, en la época de la lucha contra el terrorismo. Y tuvo a Telmo Hurtado, apodado el “carnicero de los Andes”, por la manera en cómo actuó ese día, como su protagonista más mediático y despiadado.
Durante años el nombre de Hurtado estuvo asociado a eso: a la brutalidad con la que actúo cierto sector de las Fuerzas Armadas frente a la avanzada terrorista, pese a que campesinos desprotegidos estaban en el medio de la línea de fuego.
Pero el caso de Hurtado también puede ser un ejemplo de años de impunidad: durante tres décadas no purgó condena por homicidio. Solo fue sentenciado en 1992 por un fuero militar por el delito de neligencia. Y en 1995 quedó absuelto del cargo.
¿Quién es este ex oficial del Ejército, que en 1985 se enorgullecía de haber sido protagonista de la matanza de Accomarca?
Tiempo después de haber salido de la escuela militar, Telmo Hurtado, entonces de 21 años, fue uno de los tantos oficiales destacados a las bases antisubersivas al interior del país. Él fue designado a Ayacucho y tuvo a su cargo la patrulla “Lince 7”. Su principal función era la erradicar la presencia subversiva en la zona.
Según el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, la mañana del 14 de agosto de 1985, Telmo Hurtado junto a 18 soldados de la patrulla “Lince” irrumpieron con disparos al aire en la Quebrada de Huancayoc, parte baja de Accomarca.
La intervención era parte del “Plan de Operaciones Huancayoc”, un operativo que tenía como objetivo, según los militares, de acabar con una aparente presencia de Sendero Luminoso y de sus llamadas “escuelas populares” que, se decía, estaban instaladas en Accomarca y contaban con la complicidad de los que allí vivían.
La investigación de la Comisión de la Verdad, que recogió los testimonios de sobrevivientes y familiares, señala que la patrulla sacó uno por uno a los campesinos de sus casas, la mañana del 14 de agosto, incluidos niños. Y fueron llevados con violencia a la zona de Hatumpampa, a algunos metros del pueblo.
Con los campesinos detenidos, los miembros de la patrulla inspeccionaron el lugar. No encontraron armas ni propaganda senderista. Aún así, Hurtado insistió y separó a los pobladores en grupos de hombres y mujeres. Los hombres fueron golpeados con la parte trasera de los fusiles y se les exigió que reconocieran su militancia senderista; mientras las mujeres eran vejadas y varias de ellas violadas en una pampa cercana.
Al final de la mañana, los campesinos fueron hacinados en dos casas. La patrulla abrió fuego contra ellos. El resultado: 16 hombres, 30 mujeres y 23 niños muertos. El informe indica que Telmo Hurtado, no conforme con lo sucedido, lanzó granadas contra los cuerpos, aparentemente para que se sospeche que se trató de un crimen hecho por los senderistas y no por el Ejército.
Un mes después de esta masacre, una comisión especial del Congreso investigó lo ocurrido y tomó la declaración de Telmo Hurtado. Fue ahí donde el país entero conoció la frialdad de este subteniente :justificó los asesinatos sin ningún signo de arrepentimiento.
“Yo considero que mi decisión ha sido correcta. [...] Ustedes no viven las acciones de guerra que nosotros vivimos acá. No tienen experiencia, ni ven las situaciones que nosotros pasamos acá. Las penurias que se tienen o las cosas que se tiene que vivir”, dijo Telmo Hurtado, aquella vez ante la comisión del Congreso.
Hurtado, además, se declaró único responsable de la matanza y dijo que lo hizo “para darles un mejor gobierno” a los peruanos. En 1992, un fuero militar lo condenó únicamente por negligencia. Es decir, por haber asesinado sin la autorización de sus superiores.
La impunidad recién comenzaba: en 1995, durante el gobierno de Alberto Fujimori, se aprobó la Ley de Amnistía, la cual le sirvió a Telmo Hurtado para quedar absuelto de los cargos. Cuatro años después, se retiró del Ejército alcanzando el grado de mayor. Y en el 2000, viajó a Estados Unidos para eludir investigaciones posteriores.
El caso de la masacre de Accomarca se reabrió, años después, y la justicia peruana pidió la captura internacional de Hurtado en Estados Unidos. Ello se concretó en julio del 2011. Hurtado fue traído y recluído en el penal de Castro Castro.
[embed:1475670](Telmo Hurtado llevado a la carceleta del Poder Judicial en julio del 2011)
Ya frente a un tribunal civil, Telmo Hurtado cambió la versión que dio aquella vez ante el Congreso. El carnicero dijo que en 1985 sus superiores le ordenaron “que se hiciera el loco” y se declare único responsable de lo ocurrido, y así no perjudicar a los oficiales de mayor rango que estaban detrás del operativo.
Hurtado dijo que era un oficial que lo único que hacía era cumplir órdenes, sin dudas ni murmuraciones. Y que incluso era capaz de matar a su propio padre si se lo pedían. Reconoció que asesinó a 31 campesinos de Accomara. El resto, dijo, fueron aniquilados por la patrulla “Lince 6”, a cargo de su colega Juan Rivera Rondón.
“Si yo daba la versión real, iba a perjudicar a los oficiales que planearon la operación y al personal de tropa, e iba a llevar al comando de la institución a un proceso que iba a perjudicar la lucha antisubversiva, por eso asumí toda la responsabilidad“, dijo Hurtado en abril del 2012, ya frente a los jueces de la Sala Penal Nacional.
Este cambio de versión, tenía asidero para las autoridades. De hecho el fiscal Luis Landa señaló que la matanza de Accomarca “no fue un hecho aislado o una locura de Telmo Hurtado, sino que producto de un patrón sistemático ordenado por el Estado Mayor”. Es por ello que en su acusación, agregó al general de Brigada Wilfredo Mori, el jefe político militar de Ayacucho y al mayor de Infantería José Williams Zapata, jefe de la compañía “Lince”, responsable de la patrulla “Lince 7”.
La Sala Penal Nacional condenó esta madrugada a Wilfredo Mori a 25 años de cárcel, una pena superior a la que recibió Hurtado, por haber sido autor mediato de los asesinatos. Pero decidió absolver a Williams Zapata por falta de pruebas.
Aún así, esta resolución estable que lo ocurrido en Accomarca no fue una acción en solitario de Hurtado: fue resultado de una decisión que contó con el respaldo de oficiales de mayor rango en el Ejército. Un fallo que ayuda a entender cómo se comportó un sector de las Fuerzas Armadas en esa época de terror.
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Carlos Rivera dice que el Caso #Accomarca aún no está cerrado ►https://t.co/s3NfuyYLZ9 pic.twitter.com/qGzyNODk1v— Política El Comercio (@Politica_ECpe) 1 de septiembre de 2016