Pasaron 90 días desde que el presidente Martín Vizcarra designó a los miembros de la comisión que elaboró el informe de reforma política, que incluye iniciativas legislativas. El presidente del Congreso, Daniel Salaverry, anunció el pasado jueves –un día después que el informe se hiciera público- que los parlamentarios presentarán su propia reforma política. El Parlamento pudo armar en paralelo su propia reforma pero en estos últimos tres meses, las bancadas se centraron en sus disputas internas. Una vez más, en este primer año, Vizcarra le ganó la partida al Congreso en su propia cancha.
“En líneas generales, la relación [con el Congreso] ha tenido un resultado favorable para Vizcarra. Si bien al inicio fue algo tenso, el 28 de julio generó una fiebre con su discurso donde introdujo la reforma política y luego metió el discurso anticorrupción. La prisión de Keiko Fujimori le allanó el camino. Sin restarle el peso de los 55 votos que mantiene Fuerza Popular, Vizcarra tiene la cancha plana y llana para hacer y deshacer”, sostiene Mabel Huertas, socia de la consultora política 50+1.
—Tres etapas—El analista Fernando Cáceres resume la relación de Vizcarra con el Congreso en tres etapas. En una primera –indica- Vizcarra asume el poder de manera cautelosa y evitó cualquier disputa que lo afectara en las encuestas. “La segunda etapa viene desde el discurso de 28 julio hasta el referéndum, donde logró la virtud de poner a la población detrás de una causa política. Mientras que Fuerza Popular afrontaba acusaciones de vínculos con el caso ‘Lava Juez’ y ‘Lava Jato’. Vuelve la lucha contra la corrupción en una lucha contra el Congreso”, añade Fernando Cáceres.
Por entonces, el Congreso se rehusaba a aprobar los proyectos del referéndum en los tiempos estipulados por el gobierno. Vizcarra anunció la presentación de una cuestión de confianza y encontró un aliado en Daniel Salaverry, quien ya empezaba a desmarcarse del grupo fujimorista. La cuestión de confianza se retiró luego que la mayoría fujimorista aprobara finalmente aprobar los proyectos dentro del plazo para realizar el referéndum en diciembre.
“En una tercera etapa, Vizcarra nota que el caso ‘Lava Juez’ pasa claramente a manos del sistema de justicia y ya no era posible sostener ese relato. Y se comienza a hacer notoria la necesidad de gestión pública. Y sin un tema para confrontar al Parlamento, busca recambios ministeriales para ganar tiempo mientras se materializa el efecto de la propuesta de reforma política”, afirma Fernando Cáceres.
—Fragmentación—Para la nueva etapa que se viene, la periodista Mabel Huertas advierte que la fragmentación legislativa dificultará el trabajo de consenso del gobierno para la elaboración de una agenda. “Este fraccionamiento no es una ventaja, tenemos el doble de bancadas, así que Vizcarra tendrá que buscar más aliados y hasta el momento no es que cuente con muchos”, alega la periodista.
Huertas y Cáceres coinciden en señalar como bancadas aliadas a Peruanos por el Kambio (9), la Bancada Liberal (5) y Alianza para el Progreso (8), que suman apenas 22 de los 130 votos. Cáceres, sin embargo, dice que la alianza con APP puede tener fecha de caducidad en el 2020 dada las aspiraciones políticas del partido con miras a los comicios presidenciales del siguiente año.
Ambos analistas tampoco consideran que el cambio de la presidencia en el Legislativo pueda afectar a Vizcarra. “Tiene una aprobación alta y siempre puede volver al discurso confrontacional contra el Congreso. Un Congreso con sus constantes errores, y con la poca articulación de Fuerza Popular. No es que sea un reto para Vizcarra”, dice Huertas.
—Sin motivaciones—Estos escenarios, concluyen los analistas, afectan la la agenda legislativa. Una revisión a la producción y fiscalización muestra que, en general, las cifras parlamentarias bajaron en este último año.
Casi un año después, el Congreso recién aprobó una interpelación, la cifra más baja de los últimos cuatro gobiernos. La tendencia a la baja se repite en censuras, cuestiones de confianza, y hasta en las citaciones a ministros.
Asimismo, solo se han aprobado el 38% de los proyectos del Ejecutivo (en el primer año de PPK fue 73%). Mientras que el 45% de proyectos del Ejecutivo que aprobó el Congreso están referidos a viajes presidenciales y el ingreso de tropas militares. Los rubros de justicia, presupuesto y relaciones exteriores apenas alcanzan el 28% de las leyes aprobadas.